El miedo a la vacuna de AstraZeneca obligará a los sanitarios a convencer a los pacientes para que se la pongan
Asegura que seguimos teniendo problemas de planificación y de coordinación
Cree que no está justificado el freno a la vacunación
Las investigaciones ayudarán a "afinar" más el público potencial para esta vacuna
El presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac), José Antonio Forcada, considera que ha habido un "exceso de precaución" al suspender la vacunación con AstraZeneca, que esto generará más alarma social y que retomar el proceso requerirá de un nuevo "esfuerzo pedagógico" por parte de los profesionales sanitarios.
En declaraciones a EFE este jueves, Forcada ha lamentado que, "independientemente del hecho de que la recepción de vacunas ha sido mucho más lenta de la que esperábamos, porque esperábamos recibir muchas más y acelerar un poco el proceso, seguimos teniendo problemas de planificación y de coordinación".
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"Seguimos haciendo cálculos día a día, se trabaja mucho desde la improvisación. La exigencia de refrigeración de los viales obviamente condiciona la planificación, pero además sufrimos demasiados cambios de criterio y frecuentemente a última hora", lamenta.
En referencia a la suspensión del proceso de vacunación con AstraZeneca, este especialista en enfermería considera que "toda precaución es buena" y que es positivo que se detecten y analicen posibles reacciones adversas y su relación con la vacuna.
Pero, al mismo tiempo, insiste en que esas reacciones se han detectado en un caso por cada millón de dosis y que, en consecuencia, no está justificado el freno a la vacunación.
"La incidencia de las trombosis en personas vacunadas no parece que sea superior a la incidencia de esta patología en personas no vacunadas del mismo grupo de edad, pero aun así la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Europea del Medicamento están estudiando los casos. Ambos organismos recomendaron continuar con la vacunación, porque los beneficios son infinitamente superiores a los riesgos", añade.
Por este motivo, Forcada habla de "exceso de precaución", porque "no se ha encontrado un incremento sustancial en la tasa de incidencia -de trombosis- entre el grupo de vacunados" y califica de "meramente política, de cara a la galería", la decisión de suspender el proceso de vacunación en buena parte de Europa.
"Si es posible, esta misma tarde hay que retomar inmediatamente la vacunación", advierte, aunque también admite que el tiempo que se pierda será fácilmente recuperable, y que "hubiese sido mucho peor si se hubiese paralizado la vacunación del personal sanitario".
Preguntado por las reacciones que experimentan los vacunados con la variante de AstraZeneca, que según portavoces del Sindicato Unificado de Policía (SUP) afectan de forma leve a "cerca del 90 % de agentes", Juan Antonio Forcada indica que "esos números no coinciden en absoluto con los datos que maneja el sistema de farmacovigilancia".
"También es verdad que las reacciones adversas, cuando son leves, no se suelen declarar. Si te duele el brazo o tienes un poquito de fiebre, normalmente no se declara, pero, en el caso de medicamentos nuevos, como son estas vacunas, se hace un seguimiento exhaustivo de todas las reacciones adversas y a todas las personas se les dice que si tiene algún tipo de reacción adversa que la comuniquen. Sabemos que hay una infradeclaración, pero dudo que sea hasta el porcentaje del que se habla", insiste este especialista.
Forcada recuerda que con las primeras dosis de Pfizer que se pusieron en el Reino Unido hubo dos casos de reacciones intensas y se decidió no poner esa vacuna a quienes hubiesen sufrido anteriormente algún tipo de "shock" anafiláctico.
En este sentido, cree las investigaciones abiertas a raíz de las posibles complicaciones con la variante de AstraZeneca quizá contribuyan a "afinar" más el público potencial para esta vacuna, y obviar a quienes tengan algún tipo de nexo común que pueda condicionar una disminución del número de plaquetas y una posible producción de trombos