El exdirector de un banco, condenado a un año y nueve meses de cárcel por estafar a dos octogenarios
Engañó a dos hermanos de 85 y 82 años para quedarse con 6.000 euros
Se le acusa de delitos de estafa y falsedad documental
También ha sido condenado a una multa de 6.300 euros y a indemnizar a los hermanos
El que era director de una sucursal bancaria de Almazora (Castellón) en 2015 ha sido condenado a una pena de un año y nueve meses de cárcel por estafar a dos hermanos octogenarios cuando fueron a renovar una imposición a plazo fijo. A ellos, les dio a firmar una extracción de 6.000 euros que se quedó para él.
Según ha acordado el Alto Tribunal, al estafador también se le impone una multa de 6.300 euros y deberá indemnizar a los dos hermanos en la cantidad que les estafó, declarándose en caso de impago la responsabilidad civil subsidiaria de Bankia, a la que pertenecía la oficina.
Concretamente, además de estar acusado de delitos de estafa, también se le acusa del delito de falsedad documental en una sentencia que ya fue confirmada por el Tribunal Superior de Justicia de Valencia.
Ésta última declaró aprobado que el 19 de enero de 2015 el director de la sucursal vio que en la proximidad de su despacho estaban esperando sentados una mujer de 85 años y su hermano de 82, quienes fueron a renovar una imposición a plazo fijo que habían realizado tres años antes y que vencía ese mismo día. La operación estaba asociada a una cuenta de la que eran ambos titulares, en cuya cartilla estaba reflejada la imposición y el pago de los intereses que trimestralmente había ido generando.
El condenado, tras referirse a estos clientes y conocer la razón de su espera, se identificó como el director de la oficina y se ofreció a atenderles haciéndoles pasar a su despacho.
De esta manera, con los datos y la cartilla de sus clientes, preparó la mencionada renovación pero "guiado por un ánimo de lucro" no puso a la firma de la mujer el documento de esta operación, –que se cursó sin la rúbrica de sus titulares–, sino un recibo de disposición de efectivo por importe de 6.000 euros.
Así, simuló que para llevar a cabo la operación se solicitaba un reintegro, que la mujer creyendo que se iba a utilizar para la renovación referida.
Los hermanos solo se dieron cuenta trece meses después
Para apropiarse de los 6.000 euros mientras estaba con los clientes se puso en comunicación por vía interna con una empleada de caja para solicitarle que preparase esa cantidad de dinero.
Al instante salió de su despacho y regresó de inmediato con la cartilla, dentro de la cual estaba el papel que había dado a firmar pero ya rellenado con disposición en efectivo, introduciendo todo en un sobre en el que rotuló la fecha del próximo vencimiento, 19 de febrero de 2016, y se lo entregó a los clientes mientras que les decía que hasta el próximo año no tenían que preocuparse.
Una vez que los clientes se habían ido y cuando ya la empleada disponía de los 6.000 euros, pues fue preciso un breve tiempo de espera para la apertura de la caja fuerte, esta avisó al acusado de que ya tenía el dinero y se lo hizo llegar a su despacho, siempre según los hechos probados de la sentencia.
Así, añade la sentencia, el condenado logró culminar su plan mientras que los hermanos, confiados en que todo estaba en orden y sin mirar la documentación contenida en el sobre, "solo lo advirtieron al momento de vencer el plazo fijo, es decir trece meses después".
El Supremo desestima el recurso del entonces director de la sucursal y de Bankia y destaca las pruebas que acreditan la culpabilidad del condenado.