Contrainformación "a saco, todos los días y a todas horas" es la mejor manera para frenar el avance de las pseudociencias y pseudoterapias que, junto a los tradicionales bulos sanitarios, han encontrado en las redes sociales la mejor forma de expandirse, sobre todo entre la población más joven y menos crítica.
Esta es la conclusión a la que se ha llegado en el Desayuno Efe Salud sobre Intrusismo Sanitario, celebrado en el Ateneo de Valencia y en el que diferentes profesionales de la medicina y el derecho sanitario han apostado por "la concienciación y la contrainformación" para acabar con una situación que consideran de grave riesgo para la salud pública.
El presidente de la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunidad Valenciana (ADSCV), Carlos Fornes, ha explicado que "las pseudoterapias son las sustancias o actividades que no tienen soporte ni evidencia científica que avale su eficacia y su seguridad".
Fornes, quien ha señalado que la legislación en cuanto a internet es demasiado "laxa" en algunos aspectos, ha señalado que una encuesta de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología "revelaba que el 59,8 % de la población cree en la utilidad terapéutica de la acupuntura y un 52,7 % cree que los productos homeopáticos son efectivos".
La presidenta del Colegio Oficial de Médicos de Alicante, Maribel Moya, ha denunciado que las pseudociencias, de las que existe más de un centenar, como la homeopatía, el reiki, la acupuntura o la neuroemoción, "son muy perjudiciales para la salud" ya que "tratan de aprovecharse de las creencias de las personas en un momento difícil para ofrecer falsas promesas de curación o alivio", en muchos casos abandonando el tratamiento médico real.
Para el presidente del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, Miguel Ángel Sánchez, "son prácticas muy atractivas para un determinado tipo de personas, especialmente sensibles a este tipo de informaciones". No obstante, ha destacado que muchos de los seguidores de estas pseudociencias son "gente con estudios, pero que se guía por cierto esnobismo y que, por querer mantenerse fuera de los estándares, se deja convencer por determinadas corrientes, como la que alerta de supuestos peligros de las vacunas", llegando en muchos casos a presentar "comportamientos sectarios".
Los profesionales también han alertado sobre los "productos milagro" que "prometen quitar la grasa o reducir las arrugas" y que se pueden encontrar en cualquier farmacia, algo que según Moya ocurre como resultado de una "interpretación incorrecta de una directiva europea que permitió que se pudieran llamar medicamentos". "Exigimos a la administración que se revoque esa normativa y que estas sustancias pasen a llamarse 'productos homeopáticos sin evidencia científica'", ha defendido la presidenta del Colegio de Médicos de Alicante, quien ha apelado a la responsabilidad de la administración para hacer saber a la ciudadanía que "estos productos no son medicamentos" y, por tanto, ni se han elaborado con criterios científicos ni han pasado por ensayos clínicos que los avalen.
Miguel Ángel Sánchez ha destacado que en las farmacias, "hasta que uno llega al mostrador, tiene una oferta muy importante de determinados productos, y cada vez está más lejos el mostrador de la entrada porque cada vez hay más oferta de todo eso". Y esto ocurre, "evidentemente, porque alguien lo compra y alguien lo fabrica", lo que a su juicio significa que hay un negocio detrás "muy importante".
El secretario del Colegio de Ópticos Optometristas de la Comunitat Valenciana, Vicente Montalvá, ha apuntado a las redes sociales como un "factor de riesgo real", ya que también en el campo de la óptica, sobre todo "la gente joven se deja influir por 'youtubers' e 'influencers'" tanto en el seguimiento de pseudoterapias como en malas prácticas de falta de higiene, como intercambiar lentes de contacto.
Carlos Fornes ha añadido que las redes sociales también son el terreno por excelencia para la expansión del intrusismo y ha destacado que "en 2018, el 57 % de las denuncias que recibió el Colegio de Nutricionistas se refería a la intromisión de profesionales no especializados anunciados vía redes sociales".