La muerte de Noa Pothoven, una triste historia que ha multiplicado las peticiones extranjeras de eutanasia en la 'Clínica del final de la vida' en Holanda
La joven se suicidó pese a que inicialmente se dijo que se trataba de una eutanasia
La conmovedora y trágica historia de Noa Pothoven ha incrementado exponencialmente el número de solicitudes para la eutanasia recibidas desde el extranjero por la 'Clínica del final de la vida', Levenseindekliniek en holandés, ubicada en La Haya. En los últimos días, se conoció que, al contrario de lo que inicialmente publicaron varios medios internacionales, esta joven de 17 años no murió bajo la asistencia de seta clínica, sino que se suicidó.
"Habitualmente recibimos una o dos consultas por semana desde el extranjero", explicó Elke Swart, portavoz del establecimiento. Sin embargo, tras el notorio suceso el jueves hubo 25 en un solo día, según informa el diario 'La República'.
La joven holandesa se suicidó finalmente con la ayuda de sus padres dejando de ingerir cualquier tipo de alimento o líquido, tras no haber podido superar los traumas causados por violaciones sufridas en su niñez. Su historia ya había trascendido previamente cuando publicó el año pasado un libro explicando su lucha contra la anorexia y el síndrome postraumático. Sin embargo, pese a su batalla finalmente aseguró en Instagram días antes de su muerte que había "perdido las ganas de vivir"
Holanda, el centro de la polémica
Las primeras informaciones erróneas despertaron todo tipo de reacciones contrarias a la eutanasia y puso el foco sobre Holanda, donde esta práctica está legalizada desde 2002. La oposición llegó incluso por parte del Papa Francisco, quien explicó su postura al respecto en Twitter.
Posteriormente, las autoridades holandesas actuaron para desmentir dichas informaciones. "Estamos en contacto con su familia, que nos dijo que, a pesar de las informaciones de los medios internacionales contrarias, no hay eutanasia en este caso", aseguró el ministro de Sanidad, Hugo de Jonge. También lo desmintió el director de la clínica, Steven Pleiter, quien aseguró que "la Levenseindekliniek no estuvo implicada" y que su centro "nunca ha apuntado a un turismo de eutanasia".
La eutanasia en Holanda
Desde su legalización, la práctica de la eutanasia en Holanda está restringida a un marco muy estricto. En primer lugar, es necesario tener al menos 12 años y tener el consentimiento de los padres hasta los 16. Después, entre los 16 y los 18 la opinión de los progenitores no es definitiva, pero han de estar implicados en la decisión.
Además, en cualquier caso, la eutanasia está restringida a la presencia de un sufrimiento "insoportable y sin perspectiva de mejoría", teniendo que certificar hasta dos médicos que no hay otra solución para el afectado.