Eugenio D.H., autor confeso de la muerte de Manuela Chavero, aguarda este domingo custodiado en dependencias de la Guardia Civil antes de pasar a disposición del juez de Zafra que investiga la desaparición de esta vecina de Monesterio (Badajoz) en julio de 2016, antes de alcanzar el plazo de 72 horas que establece la ley tras su detención el pasado jueves por la noche.
Lo hace tras una madrugada en la que ha vuelto al lugar y a la hora en la que tuvo lugar, según la versión que contó tras ser detenido a los agentes de la Guardia Civil, la muerte "accidental" de la víctima, que entonces tenía 42 años.
El joven, de 28 años, llegó a su vivienda, a escasos metros de la casa de la fallecida, pasada la medianoche para reconstruir los hechos reconstruirlos hechos ante los agentes que han asumido la investigación, pertenecientes a la Sección de Homicidios, Secuestros y Extorsiones de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Badajoz, quienes se han llevado un vehículo del interior del inmueble.
Esta reconstrucción ha durado más de seis horas. El detenido llegó a las 00:30 horas, vestido con pantalón corto y camiseta y con la cabeza descubierta. Fue recibido con gritos de "asesino" por algunos de los curiosos que estaban detrás del cordón policial.
Su salida de la vivienda se ha producido a las 6:50 horas, según las imágenes que han captado las cámaras de Canal Extremadura Televisión. Ha salido con una cazadora y la cabeza cubierta por una capucha.
Según informa LA RAZÓN, el asesino confeso excavó la fosa con su tractor para después enterrar el cuerpo de Manuela envuelto en una sábana.
Tal y como confirmaron fuentes de la Delegación del Gobierno, se espera que a lo largo de este domingo pase a disposición del Juzgado de Instrucción nº 1 de Zafra, cuyo titular, que mantiene el secreto de sumario de las investigaciones, decidirá sobre el futuro inmediato del presunto autor de los hechos.
El otro punto donde se ha centrado en las últimas horas la actividad de la investigación ha sido la finca en la que Eugenio confesó haber enterrado el cuerpo de la víctima, y donde aparecieron restos óseos que ya están siendo analizados para su identificación en el Instituto de Medicina Legal, y cuyos resultados por el momento no han trascendido.
Manuela, de 42 años en el momento de su desaparición, estuvo en la noche del 4 de julio de 2016 con una amiga, la última persona que la vio, y después regresó a su casa.
Nada estaba forzado; sobre su cama estaban los pantalones que había llevado el día anterior, la luz del salón y de la cocina estaban encendidas, al igual que la televisión, y su cartera y su teléfono móvil estaban allí, con una última conexión a las 01:55 horas del 5 de julio
Mientras tanto, sus familiares, que en un comunicado se han mostrado "rotos de dolor" y han emplazado a los medios de comunicación a los próximos días para hablar públicamente, y toda la localidad, esperan con tristeza y expectación los próximos acontecimiento tras conocer el fatal desenlace.