Se imaginan a 11 parisinos universitarios estudiando en un pueblo "perdido" de Segovia. Dicho y hecho. Esta semana ha comenzado la inmersión en el campus Universitario Rural de Navas de Oro (Segovia) de estudiantes de la Universidad CY Cergy París Université. Una aventura para todo el pueblo. Los 11 estudiantes viven con familias de Navas de Oro y reciben clases, sobre el terreno, de empresarios del pueblo. "Está siendo una experiencia increíble", dice Orla Riley, una de las alumnas parisinas.
La idea de toda esta aventura la tuvo Carlota Piedehierro, directora del grado en comercio bio y desarrollo sostenible de la Universidad Cy Cergy de París y ha hecho que el pueblo de sus abuelos donde veraneaba cuando era pequeña se haya convertido en este Campus Universitario Rural. "Ha sido un proceso largo pero precioso. Vi una oportunidad única de hacer algo nuevo con mis estudiantes y dar visibilidad a lo que se estaba haciendo en este pueblo".
Por un lado, en el año 2018, el gobierno francés de Emmanuel Macron lanzó la acción de crear "Nuevas carreras universitarias" con el objetivo de apoyar a las universidades que desearan diversificar su oferta de formación y mejorar el rendimiento de los estudiantes en la universidad francesa a través de su adaptación a diferentes públicos y a las nuevas demandas de la sociedad.
Así, en el mes de septiembre 2021 se inauguró en la facultad de Lenguas y Estudios Internacionales de la universidad parisina CY Cergy una nueva carrera trilingue de tres años orientada al comercio de todo tipo de productos biológicos/ecológicos y a proyectos variados de desarrollo sostenible principalmente en el seno de la Unión Europea.
Por otro lado, en Navas de Oro empezaba a moverse algo. Profesionales que se fueron del pueblo a estudiar y trabajar habían decidido volver a "casa" y crear allí sus propias empresas, poniendo en marcha proyectos alternativos en el marco del desarrollo sostenible o la comercialización/producción de productos biológicos. Solo había que darle forma. Y eso hizo. Creó el Campus Universitario Rural de Navas de Oro. Para garantizar un marco legal al proyecto, el ayuntamiento del pueblo segoviano firmó un convenio con la universidad de París y aquí están.
Los estudiantes están pasando una semana de inmersión en dicho pueblo, donde reciben clase directamente de los diferentes profesionales del pueblo. Guillermo Arranz Bartolomé (ingeniero forestal y resinero), Luis García Bartolomé (copropietario de la huerta La Retamilla), Raúl Martín Vela (arqueólogo director del proyecto encargado del proyecto arqueológico Eresma Arqueológico), Sergio Narros Acero (gerente y propietario del foodtruck “Dalechicha”), Henar Pinilla Domingo (propietaria de la bodega Las Dos Antiguas) y Gonzalo Redondo Martín (propietario y gerente del parque de actividades La Riberita).
Luis García Bartolomé, copropietario de la huerta La Retamilla y gerente de la Chipotlera se ha especializado en cultivos de origen mejicano. "A partir de ir procesando esto alimentos hemos desarrollado una gama de salsas picantes que se comercializa con el nombre de la Chipotlera". Empezaron en 2009 con este proyecto y trabajaban con restaurantes de alta cocina, pero ha sido a partir de 2018 cuando se han dedicado, con la gestión de una importante parte de la producción, a hacer salsas picantes adaptadas al gusto europeo, al paladar mediterráneo. "Estas salsas con unas lentejas o unas costillas están buenísimas".
"Los alumnos son geniales. Les hemos querido mostrar que aunque estamos en una zona de la España vaciada se puede lograr una empresa que a día de hoy tiene una proyección importante. ellos vienen aquí a conocer este proyecto que lucha por frenar el proceso de despoblación. Para aprender cómo a través de un proyecto ecológico se pueden revertir estos procesos. "Yo he tenido 19 años y nunca me hubiera comportado tan bien como ellos. Me ha sorprendido el interés y el conocimiento que tienen. Es un beneficio mutuo. Ya iban a subir a las redes vídeos e imágenes de la huerta y las salsas. Es increíble el manejo que tienen de las nuevas tecnologías".
"Es todavía mejor de lo que me imaginaba", dice Orla en un buen castellano. "Me encanta poder hablar todo el tiempo en español y poder ver cosas que no imaginaba. La familia es muy amable y las actividades son interesantes y la gente que las desarrolla muy apasionada. Me interesa mucho el marketing y la comunicación y estoy pensando formas de ayudar a algunos de las empresas del pueblo", comenta encantada.
Lo mismo le pasa a Jérémy Durur, está entusiasmado y a la vez sorprendido de que todo el mundo se conozca en Navas de Oro. "Se saludan como una gran familia, eso en París es impensable", explica. Lo que más me ha gustado es ver y conocer los pimientos picantes de la huerta para hacer salas. He sentido que el profesor amaba su trabajo y nos ha enseñado mucho. Quiero trabajar en el comercio sostenible".
Para Carla Vitry, de 19 años, lo mejor es la inmersión en la familia y poder hablar todo el tiempo en castellano. "He mejorado mucho en tres días". Le ha sorprendido muchísimo la resina. "No conocía nada sobre ella y sobre las posibilidades que tiene y sus derivados, se utiliza para más de 300 productos. Es increíble".
Otro de los profesionales que ha querido mostrar a los alumnos que otra forma de vida es posible es Raúl Martín Vela, arqueólogo y CEO del proyecto Eresma arqueológico en el yacimiento La Peña del Moro. Segoviano de toda la vida en 2017 decidió volver a su pueblo y empezar esta aventura. "El medio rural no es solo agricultura y ganadería es mucho más" Y decidió empezar a escavar. "No había ningún proyecto así en la zona en los últimos 100 años así que decidí crear Eresma arqueológico para dar visibilidad al pueblo. Hoy incluye seis yacimientos "aunque queda mucho por hacer".
La inmersión con los chavales ha sido estupenda. "Son educados y atentos y además, hacían preguntas difíciles, se notaba que me estaban escuchando", dice bromeando. "Hemos aprendido todos. Ellos tienen una visión distinta del mundo y manejan las herramientas con otra soltura. Pero además, el grupo es muy distinto, interracial y eso al pueblo también le viene bien. Están viviendo con la gente del pueblo y el intercambio cultural es muy enriquecedor. Raúl les dice que si él ha conseguido abrir un yacimiento de arqueología en medio de la provincia de Segovia, con lo complicado que ha sido, cualquier cosa que se les ocurra en el medio rural, es posible. Y eso es lo que quieren todos los profesionales que están en este proyecto y que reman todos en la misma dirección. "Todos estudiamos fuera, vivimos fuera y ahora hemos vuelto a intentar sacar lo mejor de cada uno en su gremio para subsanar los problemas del campo".
"El medio rural es un laboratorio de experiencias. Todos somos del pueblo y hemos vuelto años después para fomentarlo. Si vienes a ver el yacimiento puedes ver que es interesante, eso trae turismo, impuestos indirectos, consumo e incluso familias que quieran quedarse, niños en los colegios. Eso es lo que todos queremos", explica Raúl.
La idea es que este proyecto de Campus Universitario Rural pueda instalarse a largo plazo y que en los próximos años la semana de inmersión de los estudiantes franceses se consolide como una semana de formación dentro de su carrera.