El trabajo se dividió en tres partes en las que observaban la evolución del peso vascular con respecto al nivel de estrés al que se sometían en sus trabajos. Las preguntas formuladas era, por ejemplo, la frecuencia con la que aprendían algo nuevo; si el trabajo requería imaginación o habilidades avanzadas; y si el encuestado fue personalmente capaz de elegir qué hacer y cómo hacerlo.
Como resultado, los investigadores evidenciaron que los continuos niveles de estrés laboral influían de manera considerable en el caso de las mujeres, ya que la mitad de ellas ganó de peso, un 20 % más que en aquellas que no estaban estresadas.
Los expertos achacan el hecho a la "combinación de demandas de trabajo y la mayor responsabilidad por el hogar que las mujeres a menudo asumen. Esto puede hacer que sea difícil encontrar poco tiempo para hacer ejercicio y llevar una vida saludable".
Para ello, los nutricionistas aconsejan seguir una dieta equilibrada como, por ejemplo, la mediterránea. Es ideal compaginarla con una dosis de ejercicio que ayude a la estabilidad vascular.
Asimismo, los autores del estudio han instado a reducir "en la medida de lo posible ese estrés" para disminuir tanto el aumento de peso como la incidencia de enfermedades relacionadas con el mismo como, por ejemplo, las cardiovasculares o la diabetes.
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