"Espero que este año sea el mío": 13.000 aspirantes opositan por 900 plazas de funcionarios de prisiones
Las mujeres son mayoría entre los candidatos : 7.348 frente a 5.864 hombres
Las pruebas constan de dos exámenes, después deben pasar un periodo en prácticas
"Lo que estudiamos no tiene nada que ver con el trabajo dentro de las cárceles"
"Yo quiero ser funcionario de prisiones", lo dice Sarai. Tiene 37 años y lleva cuatro preparando esta oposición. Vive en León. Se ha presentado tres veces consecutivas a las pruebas de acceso y en dos se ha quedado a las puertas:"es una mezcla de sentimientos muy extraña. Hubo un momento en el que me hundí porque no veía recompensado todo mi esfuerzo. Llegué a pensar que este no era mi camino. Esto quema tu autoestima pero también te hace más fuerte", nos cuenta.
Araceli tiene 44 años. Es mexicana y vive en Valencia. Es la cuarta vez que se presenta al examen: "Espero que este sea mi año, ¡me lo merezco!", dice optimista. Hay que reconocer este sacrificio: horas de estudio, quedarse sin vacaciones, no tener vida social...¡Los nervios que sufre uno cuando el examen se acerca, creo que hasta afecta a la salud!", explica.
María tiene 45 años y reside en Almería. Diplomada en empresariales, trabajaba en una empresa privada hasta que hace cuatro años se quedó sin trabajo. Empezó a preparar la oposición alentada por sus familiares, algunos también se dedican a esta profesión.
13.212 aspirantes han cursado sus instancias para esta convocatoria. Los exámenes se realizarán este domingo en ocho facultades de Madrid. Las mujeres son mayoría: 7.348 frente a 5.864 hombres. Según lo previsto, los que aprueben podrán incorporarse después de este verano aunque primero deberán pasar una temporada en prácticas en alguno de los 84 Centros Penitenciarios o en los 30 Centros de Inserción Social.
El perfil de los candidatos: mayoría de mujeres
Ocho de cada diez candidatos cuentan con una titulación universitaria. Hasta el año 2007 había distinción entre la escala masculina y la femenina pero la Secretaria General de Instituciones Penitenciarias Mercedes Gallizo, llevó a cabo una reforma para unificarlas y ahora todos optan a las mismas plazas.
Sarai es trabajadora social y esa era su auténtica vocación. Está cansada de los trabajos precarios y busca una estabilidad: "mis padres me animaron a presentarme. Los dos son funcionarios. Mi padre de prisiones, él es mi referente pero ya se ha jubilado. Mi madre en el Instituto Nacional de Seguridad Social, aunque también trabajó como auxiliar de enfermería en la cárcel."
Araceli estudió Relaciones internacionales en su país, homologó el título pero el Ministerio de Educación y Ciencia sólo le reconoció la licenciatura. Su marido también es funcionario de prisiones."Me ha sido muy difícil encontrar trabajo. Tengo hijas y por eso decidí no perder más tiempo y prepararme", relata.
El temario y la preparación
El temario lo componen 55 temas de derecho: Código Penal, Proceso Penal, teoría de los recursos, administración del estado, el Reglamento penitenciario y la Ley Orgánica General Penitenciaria. Esto incluye Instrucciones de servicios o resoluciones que en cualquier momento puede sacar el Ministerio y hay que añadir al temario.
No existe ningún centro o escuela de formación oficial para estos profesionales en España, ni academias como en el caso de la Policía Nacional o la Guardia Civil. La mayor parte de los candidatos se apunta a academias privadas o hace cursos on line, en los que invierten mucho dinero.
"Me parece muy exigente para lo que es el trabajo. Mucha materia, muchas leyes y cosas que luego no se aplicarán una vez aprobada la oposición. Lo que veo más práctico son los temas de psicología, eso si que es bueno saber, pero lamentablemente son solo tres temas relacionados a esa materia. Yo me pregunto ¿para qué saber tantas leyes si vamos a cuidar presos no a juzgarlos?", bromea Araceli.
Sarai también piensa que "el temario es demasiado arduo y poco práctico para las labores que luego se desarrollan dentro de una prisión. Yo me he presentado otras dos oposiciones por si acaso: la de prisiones militares y las de auxiliar administrativo", reconoce.
Los exámenes
El examen consta de dos partes:
- Un test de 150 preguntas a realizar en dos horas, en el que las respuestas no acertadas restan puntos.
- Un test de 50 preguntas sobre supuestos prácticos y legales para situaciones concretas: liquidaciones de condena, refundición de condena, refundiciones con juzgados.
"Este año uno de los supuestos prácticos era sobre la ley de contratos, algo que no vas a tratar ni aunque trabajes en las oficinas" dice Luis. Tiene 42 años y aprobó justo hace uno. Actualmente está realizado las prácticas y además imparte clases de preparación para los aspirantes.
Superados estos exámenes se realiza una evaluación médica para descartar determinadas enfermedades, revisar la vista o se hacen pruebas de alcohol y drogas. Entonces entrarán a formar parte del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias Los futuros funcionarios también deben realizar un curso de un mes y medio en Madrid antes de comenzar las prácticas.
Período en prácticas
Muchos se sienten frustrados cuando ven cómo es el trabajo. "Te sientes engañado porque nadie te ha contado cómo es en realidad el trato con los internos. Se estudia derecho, mucha teoría pero luego dentro hacemos de psicólogos, enfermeros, bomberos o lo que surja. Cuando empiezas quieres cambiar el mundo pero al final es el mundo el que te cambia a tí. Cada día se plantean nuevas situaciones que no sabemos controlar porque no estamos preparados, es pura intuición, supervivencia", critica.
"Tú imaginate, un interno que lleva 20 años ahí dentro. Sólo vive en una celda, un patio que es una cancha de baloncesto y un comedor. Estamos ahí para todo, pero además atiendes a otros cien internos. Uno tiene frío, otro calor, el de allí hoy se levanta de mal humor. No puedes estar a todos. Tienes que ir aprendiendo de los veteranos, de los de la vieja escuela, chupando de lo que veas. Hasta que no estás allí no te das cuenta y nunca estás preparado", relata Luis.
La mayor parte de los que se presentan a estas pruebas tienen familiares o amigos que trabajan dentro de las prisiones. No es lo mismo escucharlo que vivirlo pero conocen la situación en las prisiones españolas en la actualidad.
"Es algo que me entristece. Los funcionarios trabajan sin medios, sin una formación adecuada sobre ciertas patologías clínicas de internos como pueden ser las enfermedades mentales o las drogodependencias. No se pueden dar instrucciones y circulares desde un despacho. Hay que conocer las circunstancias a las que se enfrentan cada día los funcionarios para decidir, por ejemplo, sobre el uso de los medios coercitivos", dice Sarai.
Según Araceli "la esta delicada. Los funcionarios se están quedando solos, necesitan renovar la plantilla mucha gente se está jubilado y la administración no le interesa proveer de nuevos funcionarios a las cárceles. Tampoco se les reconoce como agentes de la autoridad y son víctimas de continuas agresiones. Ni la sociedad ni la administración les valora como debiera ser."