Están en los ríos, bosques y suelos de todo el país sin llamar la atención. Se ha convertido en uno más del ecosistema sobre el que actúan de manera muy negativa. Las especies exóticas invasoras son aquellas especies foráneas introducidas de forma artificial, accidental o intencionadamente y que, después de cierto tiempo, consiguen adaptarse al medio y colonizarlo, según la definición del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
En Europa se calcula que habitan aproximadamente 12.000 especies exóticas. De ellas, entre un 10 y un 15% son invasoras. Compiten por el alimento y el espacio con la fauna y flora autóctonas. Además, también suponen un problema económico. En concreto, los 28 Estados miembros de la Unión Europea desembolsan 12.500 millones de euros al año para controlarlas, según un informe publicado en la revista Journal of Applied Ecology en 2017.
Las especies invasoras no tienen una única manera de llegar a España. Lo pueden hacer de forma accidental, a través del comercio, el transporte o introducidas por el ser humano, de manera intencionada o no. Sin ir más lejos, el mejillón cebra, que tantos problemas está causando en la cuenca del Ebro, llegó en el casco de los barcos de manera accidental. Otros casos, como el siluro o el arruí fueron introducidos por los ciudadanos a propósito para la caza y la pesca.
Según un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente del año 2013, el aumento del comercio y el turismo en las últimas décadas puede estar detrás del aumento del número de especies exóticas. También el cambio climático. La contaminación y la fragmentación están debilitando los ecosistemas y, ante esta situación, las especies exóticas invasoras aumentan su presión.
De las 395 especies europeas nativas en peligro crítico de extinción, 110 están en esta situación debido al a invasión de especies exóticas, según la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional de ese mismo año.
La pérdida de biodiversidad no es el único problema que causan las especies exóticas invasoras. Estas pueden ser portadoras de enfermedades. Especialmente preocupantes son casos como el mosquito tigre o el de la fiebre amarilla,recientemente hallados en España.
Relacionados con virus como el del Nilo Occidental, el Chikungunya y el dengue. De este último en octubre se confirmaron tres casos de infección en adultos residentes en España que no habían viajado a zonas con transmisión conocida del virus antes de iniciar los síntomas.
Entre los principales animales invasores en España se encuentran la rana toro, el cangrejo rojo o el visón americano. Algunos, como las cotorras argentinas, los mapaches o los galápagos de Floridad, tienen a los españoles detrás, ya que los adquirían como mascotas para después abandonarlos.
No son solo los animales los que causan problemas, sino que también hay plantas como la azolla, el prlumero, el camalote o la caña. Caso especial es el ailanto. Originario de china, se introdujo como elemento decorativo en nuestro país. Sin embargo, lo que ha terminado inundando no son los hogares de los españoles, sino las carreteras de España.
Un problema en el que la acción de los Gobiernos y la prevención son determinantes. También la alerta temprana y la concienciación de los ciudadanos, detrás de algunos de los caso más graves. Todo para que la globalización de los plantas comience a ser positiva y no destructiva.