En medio de la crisis humanitaria que está sufriendo el archipiélago canario, continúan los ejemplos de solidaridad e integración, como el de un equipo de balonmano de Tenerife, –el Arona–, que ha acogido en sus entrenamientos a 11 inmigrantesque, además de unirse a la disciplina de este deporte, desarrollan en él el sentimiento de pertenencia a un grupo en unos momentos en que están muy lejos del que era su hogar.
Ello “les ayuda a integrarse con otros compañeros de la zona”, como explica Dioni Quelle, entrenador del Club de Balonmano Arona, quien señala que el deporte les permite ocupar el tiempo libre, les sirve en formación de sus valores y actúa como válvula de escape.
Los jóvenes, que hubieron de atravesar una dramática carrera de obstáculos hasta llegar a la costa de Tenerife, están ahora entusiasmados con la oportunidad que se les ha brindado.
Además, son extraordinariamente buenos pese a desconocer el deporte: “A nivel físico y coordinativo son unas máquinas”, cuenta el entrenador, dejando ver lo sorprendidos que están con ellos.
En Senegal dejaron todo por el sueño de ser un chico más en un país extraño; un sueño que durante los entrenamientos sienten que han cumplido.
En unos días, además, a estos jugadores se les unirán cuatro más, todos de entre 12 y 14 años.
Hoy comparten cancha, entusiasmados, mientras esperan que en el futuro puedan volver a encontrarse, cada uno desarrollando la profesión que sueñan.