Los epidemiólogos advierten de que la Comunidad de Madrid, en el nivel máximo de riesgo 4, con unos 1.250 nuevos casos de covid al día y 38 fallecidos de media diaria en la última semana, no logrará rebajar los contagios con “confinamientos intermitentes” como los de los puentes de noviembre mientras no se refuerce la Atención Primaria y el rastreo.
La Comunidad de Madrid “no ha hecho los deberes. Mientras se confina, hay que resolver los problemas estructurales de escasez de profesionales en atención primaria y en salud pública”, han coincidido los especialistas consultados por Efe.
Para el doctor Miguel Ángel Royo, “los vaivenes no son buenos, hacen muy difícil saber qué medidas están funcionando y cuáles no. En principio, las restricciones deben mantenerse como mínimo dos semanas". Aunque en esta ocasión, “confinar dos puentes es muy similar a un confinamiento de dos semanas perimetral: entre semana no se desplaza la gente, es parecido a cerrar diez días”.
La situación “es grave en Madrid y en toda España”. La mejor forma de evitar "tanta presión a los hospitales y no poner el sistema en colapso es reforzar primaria y salud pública: diagnóstico rápido, rastreo y aislamiento. Todo tiene que estar perfectamente coordinado, requiere una preparación y dotar de recursos humanos”.
Cuando esto no funciona, “hay que tomar medidas drásticas, pero siempre aprovechando el periodo de confinamiento: PCR en 24 horas, seguimiento exhaustivo de contactos, buena coordinación con centros escolares, dar alternativas para aislamiento y principalmente, más rastreadores", asegura.
“Madrid está en nivel 4, de riesgo muy alto. La media es de 480-490 pacientes en UCI, más del 100% de la capacidad de UCI anterior a la pandemia. Parece que la incidencia ha bajado algo, pero no se está consiguiendo revertir la tensión”, según Royo.
“Si aumentan los contagios con el frío, partimos de una situación de alto riesgo, hay que hacer un esfuerzo muy importante antes del frío”, advierte. Hay que reducir la movilidad y las "interacciones sociales: reuniones y actividades de ocio, comidas y celebraciones. Los toques de queda tienen un impacto adicional pequeño”.
Las zonas básicas de salud (ZBS) tienen "poca lógica epidemiológica y práctica en Madrid. El 86% de los confinados trabajan fuera de su zona, hay mucha interconexión" geográfica y poblacional.
Los cierres perimetrales “tienen sentido para zonas bien definidas, una con alta incidencia y otras con poca. Pero lo más importante es lo que se hace dentro, como fomentar mucho el teletrabajo. De poco vale confinar perimetralmente si dentro no se actúa adecuadamente”, concluye.
El doctor Fernando García López destaca que “la tasa de ingresos por covid es del 17,5% y la de ingresos de UCI 38,5%. Ha habido un leve descenso que ha sido muy breve. Llevamos dos semanas en situación de meseta. Son cifras preocupantes”.
“Cinco de cada ocho camas de UCI son de covid, casi 500 camas. Antes de la pandemia Madrid tenía 641 y ahora unas 800. Quienes necesiten UCI sin tener covid tienen dificultad”, explica.
Los confinamientos “intermitentes, a la carta, son una novedad y un cierto absurdo. La duración mínima debe ser 10 días, el periodo de incubación del virus”. Confinar solo en puentes aumenta la movilidad interna, pero sirve para que “la infección no se exporte a otros lugares ni se importe", aunque Madrid está rodeada de dos comunidades confinadas perimetralmente.
Estas medidas “en nada afectan a la infección que hay dentro”. Para dentro, hacen falta restricciones de movilidad y reunión, toques de queda, “ampliación de teletrabajo que es la forma más eficaz de reducir la movilidad. También cerrar interiores de bares y restaurantes, medidas gravosas económicamente pero hay dinero del Gobierno y fondos europeos”, asegura.
“Hay que tomar Madrid como una unidad. Las ZBS carecen de sentido porque no hay una zona contagiada y en el resto un oasis. Las diferencias son pequeñas y los límites no están claros para la gente”, según García que cita como ejemplos Majadahonda, Aranjuez y Colmenar, “con poca incidencia hace un mes”.
Las medidas del Gobierno regional “no tienen explicaciones científicas. Madrid debería hacer como Castilla León o Murcia, cumplir las recomendaciones del Consejo Interterritorial” del Ministerio de Sanidad.
“Valencia y Asturias tienen muchos rastreadores. No hacemos pruebas a contactos estrechos. Tenemos que localizar a los supercontagiadores. En los colegios no hacen test a compañeros de burbuja, solo se confinan en casa”, critica.
“No convirtamos la pandemia en batalla política; en Francia, Alemania e Italia no pasa. Hay vidas y mucho sufrimiento en juego, quienes sobreviven pueden tener secuelas. No bajamos de 400 casos por 100.000 desde hace mucho, deberíamos tener menos de 25. Si no conseguimos, tendremos que volver al confinamiento de marzo”, concluye.
El epidemiólogo José Jonay Ojeda considera “difícil anticipar la efectividad” de las medidas de la Comunidad de Madrid ya que su efecto está condicionado por varios factores: la decisión individual de las personas; la coherencia y claridad de las restricciones que deben ser entendibles para la población; y las medidas de control policial del cumplimiento.
A su juicio, las medidas deben ir dirigidas a facilitar que las personas conozcan sus “ámbitos geográficos y temporales”, y que las autoridades puedan controlar el seguimiento en la movilidad.
Además, las nuevas medidas “se solapan con otras ya implantadas previamente y ahora, que el estado de alarma lo permite, interaccionan con las que pongan en marcha las comunidades autónomas contiguas”, según Ojeda para quien se requieren al menos dos semanas para evaluar los resultados.