Jorge, el enfermero viral del Wanda: "Empecé a escribir tras atender a un chico de mi edad que quiso suicidarse"

  • Jorge Prieto, enfermero de ambulancia, publica 'Llegar a tiempo'

  • Un puñado de historias emocionantes, humanas, inspiradoras e impactantes vividas en su día a día en el turno de urgencias

  • "Me gustaría que la gente comprendiera por qué vamos tan rápido, por qué corremos", dice a NIUS

Un día Jorge pidió ayuda al psicólogo de su trabajo: había atendido un intento de suicidio de un chico de su edad y le costaba asimilarlo. El terapeuta le dijo que, para desahogarse, escribiera. Y "aviso a aviso", dice, ha completado un libro. Jorge es enfermero de emergencias, ha trabajado en el Summa 112, las ambulancias de Madrid, y a sus 26 años tiene un bagaje de historias duras que llenarían no uno, sino diez libros. De momento, el primero se llama Llegar a tiempo (Planeta) y se publica este miércoles cuatro de mayo.

El nombre de Jorge Prieto quizás no sea muy popular, pero sí lo es el vídeo viral que protagonizó en junio de 2021. En él sale haciendo lo que pasó semanas haciendo: atender a las personas que acababan de vacunarse contra la covid en Madrid. Es 'el enfermero del Wanda', el que hizo reír a miles de personas que acababan de inmunizarse mientras esperaban a ver si tenían alguna reacción, y que llegó a miles de pantallas a través de las redes sociales.

Entonces Jorge atendió a NIUS desde la ambulancia, camino de una emergencia. En esta entrevista cuenta anécdotas bonitas -la de ese bebé recién nacido que una madre le entregó desesperada y al que lograron salvar la vida entre lágrimas de emoción-, otras duras, -la de una mujer de 42 años a punto de ser intubada en la UCI en plena pandemia que le pidió por favor que le dijera a su marido y a sus hijos cuánto les quería-, y también indignantes, como el día que un paciente le pegó mientras le atendía en la ambulancia. Pero sobre todo Jorge quiere que se conozca más su trabajo para que todos sepamos por qué van tan rápido, y lo importante que es llegar a tiempo.

Pregunta. ¿Por qué un enfermero de emergencias escribe un libro?

Respuesta: Yo empecé a escribir sobre todo tras un aviso que me dejó tocado. Fuimos a atender un intento de suicidio en el viaducto de Segovia, en el centro de Madrid. Y era un chico más o menos de mi edad con el que tuve una conexión emocional muy fuerte, que me impactó. Así que pedí cita con el psicólogo de guardia que tenemos en el Summa 112 y me dio la idea de ir escribiendo aquellas cosas que me afectaran, como terapia. Lo leyeron mi madre, algunos amigos... Y me decían que emocionaba. Y cuando saltó el vídeo viral de mi monólogo en el Wanda, en la campaña de vacunación, me propusieron publicar esos relatos, y aquí están.

P. ¿Qué vamos a leer en Llegar a tiempo?

R. Son casos, avisos desde que yo era voluntario de protección civil hasta ahora. Y también reflexiones mías o preguntas al aire que le lanzo al lector. Puede leerlo tanto alguien que quiera ser enfermero de urgencias y emergencias como alguien profano que quiera saber más de nuestro trabajo. Eso es lo que me gustaría, que la gente comprendiera por qué vamos tan rápido, por qué corremos y, a veces, también, por qué vamos tan despacio.

P. Una ambulancia yendo despacio... ¿cuándo sucede?

R. Si nosotros tenemos que estar practicándole tratamientos o técnicas al paciente vamos de pie, y si la ambulancia va muy deprisa podemos tener un accidente los que vamos dentro, así que en ese momento la velocidad no es muy alta. Y sobre todo vamos muy despacio cuando llevamos a una persona que está muy grave o un bebé porque cualquier movimiento brusco, un acelerón, un frenazo... puede dañarles. Así que cuando tenemos un caso así pedimos a las autoridades que nos escolten y vamos a 40 kilómetros por hora sin cambiar de velocidad, hasta que llegamos al hospital o estabilizamos al paciente.

P. ¿Qué más cosas no sabemos del trabajo en una ambulancia?

R. Hay una cosa que yo llevo muy mal, y es cuando nos dicen que ponemos las sirenas para saltarnos un atasco. Cuando nosotros ponemos la sirena, o incluso cuando simplemente arrancamos la ambulancia, en la central del Summa 112 nos ven, tenemos un localizador GPS, estamos monitorizados en todo momento, así que no podemos poner las sirenas para saltarnos un atasco. Lo que pasa es que a veces nos avisan, estamos atascados, ponemos las sirenas y en mitad del atasco nos dicen que ya ha llegado otra ambulancia que estaba más cerca y que no vayamos... y claro cuando apagamos las luces y todo, la gente se cree que nos hemos saltado el atasco.

P. ¿Hay mucha incomprensión de los pacientes hacia vuestro trabajo?

R. Como en todo, hay pacientes malos y buenos. Pero cada uno bueno compensa los malos. A mí me dejó con el miedo en el cuerpo un paciente que se estaba haciendo el inconsciente para evitar una multa de la Guardia Civil, y de repente se levantó y empezó a pegarnos a todos. Y me resultan muy duros los casos de violencia de género en los que tienes que atender al maltratador... Recuerdo uno al que le estaba haciendo una cura en los nudillos porque los tenía desollados de tanto pegar a su pareja. En la ambulancia de al lado estaba la mujer con la cara destrozada. Esos casos te generan mucho dilema moral pero todo el mundo tiene derecho a asistencia sanitaria y le atendimos, claro.

P. Has vivido toda la pandemia entre la UCI, la ambulancia y la vacunación, por la que saltaste a las redes. ¿Tienes heridas de esta guerra?

R. Si, hay cosas que nunca superas. Tuve una paciente en la UCI a la que íbamos a intubar, una mujer de 42 años. Y me preguntó: "¿Va a ir todo bien?". Le contesté que por supuesto y me dijo: "No me mientas, no me prometas cosas que no puedes cumplir. Prométeme algo que sí puedes: Dile a mi marido y a mis hijos que les quiero mucho". Me dejó petrificado, me quedé media hora con ella ya sedada y todo, dándole la mano.

Jorge atiende esta vez a NIUS entre cajas de mudanza, ya que se le ha acabado el contrato en Madrid y se va a Mallorca a seguir salvando vidas. Se ve metido siempre en una ambulancia, o dando clases. Y sigue desahogándose escribiendo, a veces publicando en sus redes sociales. Con 26 años tiene más vida que muchos ancianos.