Puedes correr del coronavirus, pero no esconderte. Eso bien lo sabe el atleta español Ignacio Fontes. Le ha perseguido con la variante ómicron hasta Sudáfrica, donde está entrenando. El Gobierno ha establecido una cuarentena obligatoria de 10 días. A ella deben someterse todos los españoles que vuelvan del cono sur africano. "Me preocupa la cuarentena, sería como lesionarse", explica a NIUS el finalista de 1.500 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio.
El patógeno ha estado muy presente en su vida en el último año y medio. En marzo de 2020, en pleno confinamiento, pidió en redes sociales una cinta para entrenar en su casa. Unos meses después, en octubre, el virus volvió a cruzarse en su camino tras contagiarse.
El 2021 fue más positivo. Tras vacunarse fue a las Olimpiadas de Tokio y consiguió clasificarse para la final de 1.500. Pese a no conseguir medalla ni diploma olímpico está contento. "Para la próxima", promete. Desde el país africano relata que ómicron no infunde miedo allí. Más bien ha traído cabreo. Tras detectar su presencia, varios países han aplicado restricciones a los vuelos desde Sudáfrica —entre ellos España—, pese a que Países Bajos ha reconocido haberla secuenciado antes. Estas medidas también son el caballo de batalla de Fontes, que quiere volver a casa sin perder ritmo de competición.
Pregunta. Su estancia en Sudáfrica ha coincidido con la detección de ómicron, ¿existe preocupación allí?
Respuesta. Aquí sigue todo igual. Estoy con Pablo Sánchez-Valladares, que también estuvo en Tokio. Llevamos dos semanas y media en un pueblo que se llama Dullstroom, a unos 300 kilómetros de Johannesburgo. Detectaron la variante ómicron hace una semana, no ha variado nada desde que llegamos. El presidente dio un discurso hace poco y no fue alarmista. Por lo que leo, ahora hay más casos en España que en Sudáfrica.
P. Aparte de la presencia de la variante, le afectan las restricciones aéreas ¿Hay tensión por el regreso a España?
R. La incertidumbre no es por volver, los vuelos siguen en pie. Estoy más preocupado por la cuarentena. Incluso había planeado con mis compañeros ir a Dubái, Turquía o Kenia. Pensábamos que no exigían cuarentena, Dubái y Turquía nos la piden. Kenia era el único país que no, pero hemos visto los precio de los vuelos y han subido una barbaridad.
P. ¿En qué le afectaría la cuarentena como deportista profesional?
R. Sería un poco volver a lo que viví en marzo de 2020. Ahora no tengo cinta en casa. Parar de golpe sería como lesionarte. Es mucho tiempo parado, aunque se redujera a siete días con una PCR negativa. Estar aquí entrenando cinco semanas y volver para estar siete días en casa nos fastidiaría mucho el entrenamiento. Veremos qué dice el Gobierno y si no ven necesaria la cuarentena. En principio, regresamos el 19 de diciembre y seguiremos entrenando estas semanas que nos quedan. Puede ser que la cosa mejore o empeore.
P. Están entonces en una situación delicada.
R. Esperemos que todo mejore a la hora de exigir cuarentena. No nos importa hacernos una PCR al salir y otra al llegar. Pero que la cuarentena se levante por el tema del entrenamiento.
P. De todas maneras, tienen el vuelo asegurado.
R. Tenemos los billetes reservados para el 19 de diciembre. Estamos comprobando la ruta todos los días por si sigue en pie y continúa saliendo. Saber que no nos vamos a quedar aquí encerrados nos ha tranquilizado.
P. ¿Y si se extiende la restricción de la cuarentena?
R. La cosa está tranquila, si nos tenemos que quedar unos días más para no hacer la cuarentena lo haremos.
P. ¿Por qué fueron a Sudáfrica?
R. Vinimos porque sobre estas fechas hacemos un bloque de entrenamiento en altitud. Estamos a unos 2.100 metros. En Sierra Nevada es complicado entrenar ahora por la nieve. Elegimos el destino por la altitud y mejores condiciones climatológicas.
P. Además, están en un pueblo tranquilo.
R. Hay 300 habitantes. Estamos mis amigos y yo, poco más. Corriendo por los caminos como mucho te encuentras vacas (ríe). La gente aquí lleva mascarilla. Incluso te diría que ahora en España se tiene menos cuidado que aquí. Allí está todo abierto: bares, discotecas…
P. En cambio, sus vuelos han sido vetados.
R. Están un poco enfadados con la respuesta de restricciones que ha habido.