La erupción del volcán Cumbre Vieja es una tragedia para los habitantes de La Palma pero también una ocasión única para los científicos, que pueden recoger muestras y observar de cerca el fenómeno. La NASA no podía perderse una oportunidad así y ha mandado a la isla un equipo capitaneado por el geoquímico Esteban Gazel. "Queremos entender estos fenómenos a fondo, no solo por la curiosidad científica, sino para tratar en el futuro de mitigar el impacto y proteger mejor a la población", dice el investigador estadounidense.
Cuatro días de intenso trabajo que han llegado a su fin. De vuelta en Estados Unidos, Gazel, profesor de la Universidad de Cornell, hace balance con NIUS de la labor realizada y del avance científico que puede suponer.
Pregunta. ¿Qué misión concreta habéis tenido en La Palma?
Respuesta. Estudiar cuál es el efecto de la ceniza volcánica en los diferentes sistemas terrestres, en especial en el clima y en la biodiversidad del océano, en la geoquímica del océano.
Yo soy uno de los investigadores principales de este proyecto, pero también incluye a colegas expertos en ciencias atmosféricas y otros especializados en satélites para monitorear volcanes y trazar el efecto de las erupciones volcánicas... Lo que hace este proyecto interesante es que es totalmente intedisciplinario. Estamos tratando por primera vez de evaluar el efecto de la ceniza volcánica a nivel global.
P. ¿Cómo?
R. Por ejemplo recogiendo muestras nanométricas, muestras que son más pequeñas que un cabello humano. No las vemos, pero son partículas que en este momento están saliendo del volcán, las estamos respirando, entran a los pulmones o se las lleva el viento hasta otras partes de Europa o incluso pueden dar la vuelta al mundo. Pueden incrementar la productividad oceánica, porque hay hierro en estos materiales, el hierro se disuelve y eso incrementa la productividad de organismos en el océano.
La NASA investiga los volcanes desde los años 80 porque son procesos con consecuencias globales.
P. ¿Qué tiene de única La Palma en este momento?
R. Es muy interesante por varias razones. Por un lado por la composición de su magma, que es muy diferente a lo que está saliendo en el volcán de Hawaii también activo ahora. Lo que arroja el Cumbre Vieja son basanitas, un tipo de rocas que a igualdad de otros parámetros -como la temperatura o la presión- son propias de coladas menos viscosas y, por lo tanto, fluyen a mayor velocidad. Tiene un nivel de sílice muy bajo y eso nos da una composición única.
Por otro lado que todos los años tenemos tal vez 50 erupciones volcánicas pero ninguna está tan bien monitoreada como la de La Palma. No hay ninguna en la que tengamos los datos sísmicos, los datos de gases al minuto, toda una serie de datos sistemáticos que podemos correlacionar con los datos geoquímicos que vamos a producir nosotros con los materiales que colectamos. Es muy raro encontrar algo así, de verdad.
Puede hacer erupción un volcán en las Aleutianas o en las Kuriles, pero tener el nivel de monitoreo que hay en este momento en La Palma es algo único. Y también la accesibilidad. O sea, la infraestructura que existe en las Islas Canarias, que existe en La Palma, hace que nuestro trabajo sea mucho más eficiente. En España tienen que estar orgullosos del nivel de infraestructura que tienen, porque las carreteras, los túneles, todo hace el trabajo mucho más fácil. Imagínense hacer el mismo estudio en un volcán donde no existan todas estas infraestructuras, la cosa se complica muchísimo.
Si a eso le adicionamos que las autoridades que están manejando la crisis han hecho un trabajo excelente en resguardar las zonas restringidas, en las que no se puede entrar, el resultado es un lugar perfecto para investigar. Hay todo un procedimiento para pedir permisos y ser parte del equipo que está accediendo a estas áreas. Eso hace no solo que sea más fácil nuestro trabajo sino que también sea seguro. Porque los volcanes son muy peligrosos y su explosividad puede cambiar de un momento a otro.
En resumen, la Palma es interesante por la geoquímica que tiene, pero también por otros factores como la seguridad, el monitoreo, la infraestructura y el nivel de tecnología que se ha implementado en esta erupción. Encontrar todos estas ventajas juntas es prácticamente imposible en otro lugar del planeta ahora mismo.
P. ¿Qué es lo que más os ha sorprendido de lo que habéis encontrado estos 4 días?
R. Yo llevo muchos años trabajando en este tipo de erupciones. La diferencia es que casi todas son erupciones que pasaron hace tiempo, erupciones históricas en las Islas Canarias o inclusive erupciones que son más antiguas que la existencia de la humanidad. Trabajar sobre una que se está produciendo en este mismo momento es muy interesante. Por ejemplo ver que el cono tiene varios focos que están activos me cambió un poco la perspectiva, esta erupción nos puede permitir saber que varios conos pueden estar relacionados a la misma inyección de magma.
Es muy interesante ver como alguno de estos focos tienen actividad continua y otros focos tienen actividad cada cierto tiempo. Algunos producen explosiones, otros producen fuentes de lava, otros están produciendo erupciones estrombolianas constantemente...
Tal vez eso fue un poco lo que me ha sorprendido porque no es lo mismo trabajar con una erupción antigua que hacerlo con una en directo. Y más si está tan bien monitoreada como esta, insisto. Para que te hagas una idea, nosotros podemos decir de cada una de las capas que recolectamos el día y hora en que se depositaron, podemos relacionar eso con el riesgo sísmico y todo unido nos va a dar una información muy completa de todo el sistema del volcán.
P. ¿De cómo se ha formado el magma hasta la erupción?
R. Sí, gracias también al estudio de los contenidos volátiles. Los volcanes hacen erupción por los volátiles. Básicamente, lo que está haciendo que este volcán entre erupción en La Palma es la cantidad de agua y CO2 que tiene el magma. Eso mucho gente no lo sabe y le sorprende. Se desconoce que los volcanes son explosivos por la cantidad de agua que tienen. Actúan, para que se entienda, como una olla a presión. Lo que hace que se cocine la comida mucho más rápido es la presión interna de vapor que se forma dentro de la olla. Y si han tenido la experiencia de que esa olla explote habrán visto que los alimentos terminan en el techo de la casa. Lo mismo pasa con los volcanes.
Mi laboratorio es especializado en determinar el contenido volátil de las erupciones utilizando inclusiones de vidrio, vidrio que fue magma. Determinamos el contenido de agua, CO2, azufre, cloruro, o fluoruro que tienen. Y poniendo todos esos elementos juntos reconstruimos básicamente el proceso de la formación del magma hasta la erupción.
P. ¿Qué cree que puede aportar a la ciencia el trabajo que han realizado en La Palma?
R. Yo creo que nos va a ayudar a entender muy bien los procesos en el interior del planeta que son responsables de las erupciones y el reabastecimiento del sistema volcánico desde el magma. Lo vamos a comprender mucho mejor porque ahora podemos correlacionarlo todo. Tenemos en tiempo real los sismos que han estado conectados con la erupción, la explosividad del volcán grabada minuto a minuto por cámaras, la información petrológica que está en los minerales y en las inclusiones vítreas. Poner todos esos datos juntos nos va a permitir tener una historia completa de cómo ocurren este tipo de erupciones, por lo menos las que ocurren en las Islas Canarias.
P. Lo que no son capaces de decir aún los científicos es cuándo va a terminar la erupción, ¿verdad?
R. Sí, y te voy a explicar por qué. Voy a hacerte una analogía sencilla. Es como cuando uno tiene un paciente que está enfermo. Uno puede monitorear al paciente, uno puede tomarle los signos vitales, pero el momento exacto en que el paciente se va a morir o se va a recuperar es imposible saberlo. Depende de un montón de factores, de la bioquímica de la persona y de innumerables cuestiones que son mucho más complicadas que simplemente tomarle la temperatura. La naturaleza de cada uno es diferente, lo mismo con los volcanes. Podemos monitorearlos, podemos entender el proceso, podemos incluso saber qué elementos indican que el volcán va a parar, como la reducción de los temblores, o la disminución de la salida de dióxido de azufre, pero esto a veces tampoco es definitivo porque puede ser un simple descanso para volver a coger fuerzas, así que el momento exacto en que va a parar es imposible pronosticarlo.
P. Ya llevamos más de 50 días...
R. Sí ha superado la erupción del Teneguía en días y en volumen de magma expulsado. Si no me equivoco, el volumen hasta el momento de la emisión de La Palma es más que todas las emisiones históricas de La Palma y es la segunda erupción histórica más volumétrica que ha habido. La única que sigue siendo mucho más volumétrica y que va a costar llegar a ese récord es la erupción del Timanfaya de 1730, que duró seis años.
P. ¿Hay algún indicio científico que apunte que esta vez vaya a durar tanto como el Timanfaya?
R. No hay que alarmar, seguramente será como el resto de erupciones en La Palma, durará un tiempo medio y luego no habrá otra hasta al menos cincuenta años.
P. Como científico, qué le diría a los palmeros...
R. Que es importante que los pobladores de La Palma entiendan que, a pesar de que hay un interés científico en nosotros de estudiar lo que está pasando, también entendemos que es un desastre natural que los está afectando. Y en nuestro corazón está el deseo de que puedan seguir adelante y reconstruir lo que se pueda reconstruir. Y que pronto la emergencia termine para que puedan recuperar sus vidas de nuevo.
P. ¿Nos tendrán informados de lo que descubran a partir de los materiales de La Palma?
R. Por supuesto, es fundamental para nosotros hacer llegar a la gente nuestros resultados, nuestros avances. Al fin y al cabo, la ciencia sin un impacto en la sociedad es difícil de justificar.