La pérdida de olfato es uno de los síntomas y una de las secuelas más frecuentes del coronavirus. Afecta a un 70% de los enfermos y puede convertirse en crónico para el 20%. No obstante, en muchos casos se puede recuperar: existen unidades especializadas en entrenar la memoria olfativa, un tratamiento que dura de tres a seis meses.
Cristina acude a la consulta de la Unidad del Olfato del Hospital Clínic de Barcelona. "Me apareció un olor totalmente desagradable", cuenta. Es la consecuencia del covid, y lleva padeciéndolo desde marzo. "Tengo dos olores en mi vida: el olor a quemado y un olor como a gasolina. Como si tuviera la cabeza metida en una freidora", destaca durante su visita.
"El epitelio olfatorio, donde haya mucosa olfatoria, se destruye", explica Joaquín Mullol, director de la Clínica del Olfato del Hospital Clínic. La única manera de entrenarlo es con una caja que esconde seis tarros (con distintos olores): el ahumado, el vinagre, el eucalipto, el anís, la rosa y el limón. Han de ser siempre olores fuertes, intensos y conocidos. Solo hay que acercar el tarro a la nariz, sin llegar a tocarla, a unos pocos centímetros.
Lo que hay que hacer es inspirar estos aromas dos veces al día, un mínimo de tres meses. "El olor de eucalipto que tengo no es como lo recuerdo", subraya Cristina. Y así seguirá jornada tras jornada, aunque sin garantías, porque el 20% de enfermos de covid nunca recuperarán el sentido del olfato