El entrenador y conserje del polideportivo de Betxí (Castellón) Carlos F. ha sido condenado a quince años y medio de prisión por abusos sexuales sobre tres gimnastas menores de edad. Otros dos casos han sido declarados probados, pero ya prescritos por el tiempo transcurrido desde que se produjeron, según consta en la sentencia dictada por la Audiencia de Castellón.
Además le impone el pago de 16.000 euros en indemnizaciones a las víctimas, un pago del que serán responsables civiles subsidiarios el Club Gimnástic de Betxí y el Ayuntamiento de este municipio castellonense. Las acusaciones pedían 28 años de prisión por abusos sexuales sobre cinco gimnastas con edades comprendidas entre los 6 y los 14 años en el momento de los hechos, cometidos, según la acusación particular, entre 1992 y 2017.
La sentencia condenatoria absuelve al reo de dos de los cinco delitos de abusos de los que venía acusado, al considerar que han prescrito, pero le castiga por otros tres delitos de abusos sexuales, imponiendo cinco años y medio de cárcel por uno de ellos, y cinco años por cada uno de los otros dos.
Además de la pena de cárcel, se le imponen diez años de inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier profesión u oficio que conlleve actividades deportivas relacionadas con menores de edad, y la prohibición de aproximarse a menos de 200 metros de las víctimas por otros diez años contados a partir del cumplimiento de la pena privativa de libertad. También se le impone otros cinco años de libertad vigilada a partir del momento en que salga en libertad, y el abono de una buena parte de las costas procesales.
El fallo considera probado que el reo dirigía los entrenamientos de las gimnastas menores de edad "de forma dura y exigente, llevando a las menores al límite, bien haciendo uso de insultos o menosprecios para dirigirse a ellas (llegando a llamarlas “subnormales”, “niñatas de mierda” o “inútiles”), bien castigándolas con repetición de ejercicios físicos severos e incluso castigos de grupo, bien tirando objetos al suelo o pegando puñetazos contra la pared”.
Además, “durante todos estos años que transcurrieron desde 1986, valiéndose de su prestigio profesional como entrenador titulado con unos buenos resultados que las gimnastas iban obteniendo y de la condición de conserje de las citadas instalaciones deportivas municipales" (...), y "movido del ánimo de satisfacer su deseo sexual, sometió a las gimnastas menores de edad federadas que entrenaba a un tipo de masajes y otros tocamientos mediante los cuales satisfacía sus deseos libidinosos”.
La Audiencia dejó en libertad provisional el pasado mes de mayo al acusado, basándose en buena medida en "las dificultades" que suponía la pandemia por coronavirus "para su enjuiciamiento", y después de unos dos años en prisión preventiva. La fiscal del caso recurrió la medida alertando de que "pone a las víctimas en una situación de riesgo e inseguridad evidente", entre otros motivos porque, aunque se impuso al acusado la medida de alejamiento de las niñas, todos viven en el citado pueblo, de unos 5.500 habitantes. En el mismo sentido se pronunció la letrada de la acusación particular, Eva Marín.
Finalmente, la Audiencia de Castellón estimó en parte aquellos recursos y, aunque mantuvo la libertad provisional, prohibió al imputado entrar en esta provincia. Ahora ha celebrado el juicio y ha dictado sentencia a los pocos días de terminar la vista.