Este jueves reinó el silencio y la tristeza en la Comandancia de la Guardia Civil en Algeriras. Acababa de morir uno de sus agentes, Fermín Cabezas, durante una persecución a unos narcotraficantes. El agente de Tráfico era muy querido por familiares y compañeros de trabajo, donde generaba un gran ambiente y destacaba por su entrega.
Cabezas tenía 45 años y era padre de una niña de 10. Ingresó en la Guardia Civil en 1992 y seis años más tarde, después de una especialización, pasó a Tráfico, donde desarrolló prácticamente toda su carrera profesional hasta ahora. Llegó a Algeciras en 2005 tras su paso por Barcelona, de donde marchó cuando el cuerpo de Mossos d'Esquadra asumió sus competencias.
A lo largo de los 14 años en Algeciras, donde conoció a su esposa, creó una esfera de positividad en el entorno de su trabajo, por lo que era muy querido entre sus compañeros.
Prueba de ello es la multitudinaria concentración por la muerte del guardia civil, que ha tenido lugar esta mañana frente al Ayuntamiento de Algeciras. Los asistentes han guardado cinco minutos de silencio y posteriormente han dado un fuerte aplauso en honor a Cabezas. Paralelo a este acto, agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, además de trabajadores de Justicia, se han congregado a las puertas del Palacio de Justicia de Algeciras.
El guardia civil, que iba en moto, inició una persecución a un coche Peugeot blanco, con 200 kilos de hachís a bordo, conducido por dos hombres que se saltaron un control. Tras varios kilómetros a gran velocidad, Cabezas chocó con la parte posterior de un camión y salió despedido contra un guardarraíl muriendo en el acto. Por el momento hay tres personas, supuestamente implicadas, bajo arresto.