El pasado 26 de julio, un adolescente de 14 años llamado Ricky Ganya desapareció cerca de su domicilio en la localidad de Rumah Dadat, en Malasia. Al parecer y según relataron sus propios familiares a los agentes de la Policía, el joven de tan solo 14 años desapareció cuando se dirigió al río más cercano de su casa para recoger caracoles.
Nada más interponer la denuncia, los investigadores y los agentes comenzaron la búsqueda del menor rastreando la zona del río en busca de cualquier pista que diera con el paradero de Ricky Ganya. En uno de estos momentos de la búsqueda, los policías interrogaron a un hombre que declaró haber visto como un cocodrilo atrapaba al joven de 14 años en la zona donde recogía caracoles.
Al obtener esta información, la Policía cambio totalmente los planes de las labores de la búsqueda del menor y decidió intentar dar con el reptil. Tras varios días de rastreo, los policías consiguieron encontrar la zona en la que habitaba y por la que se movía el animal. Fue entonces cuando los investigadores decidieron tender una trampa al cocodrilo e intentar capturarle para comprobar si había devorado al menor de 14 años.
La misión para cautivar al animal de más de cuatro metros y medio de largo consistió en colocar varias trampas y cepos mientras utilizaban a un pollo como anzuelo. Al capturarle, los agentes sacrificaron al animal y le abrieron para comprobar si había algún resto del menor.
Dentro del cocodrilo, los policías encontraron la ropa del adolescente y varios restos óseos que correspondían a Ricky Ganya.
Finalmente, los agentes cerraron la investigación declarando que el menor había sido devorado por el cocordrilo de más de cuatro años cuando buscaba caracoles en el río.