Una de las fuentes más emblemáticas de Oviedo ha quedado destrozada por culpa de un conductor que atravesó la rotonda y se chocó contra ella.
El conductor duplicó la tasa de alcohol permitida en el control tras el accidente. Lo curioso es que el joven que conducía, Héctor Caballo, es el mismo joven que se quedó atrapado, junto a unos amigos, durante una nevada en Asturias, llevando camisetas y zapatillas poco adecuadas y cuya surrealista llamada al 112 se hizo viral.