Con solo ocho años Gabriel Marshall ha sido operado de un tumor cerebral maligno, una complicada operación que le dejó una gran cicatriz en un lateral de su cabeza. Su padre Gabriel, quiso que su hijo no se sintiese solo en la lucha y decidió tatuarse la misma cicatriz en la cabeza, para así estar unidos simbólicamente.
La foto fue subida a la red social de Instagram y los comentarios llegaron a miles, alabando el gesto del que han llamado ‘padre del año’.