El Cuco –que fue condenado a dos años y once meses en un centro de internamiento de menores, acusado de encubrimiento de asesinato y el juez dijo que tenía la “plena convicción” de que sabía dónde estaba el cuerpo de Marta- sigue viviendo en Rognac, el pueblo donde llegó hace ya tres años tras su amigo Samuel Benítez- absuelto porque no se pudo probar que estuviera en el piso de Leon XIII.
El menor, que ahora tiene 25 años, vive en el pueblo con su novia y trabaja como mozo de almacén, según informa El Español. Sale poco y casi no se relaciona con los vecinos, que lo conocen como ‘el español’. Casi nadie se imagina que ayudó a deshacerse del cadáver de la joven sevillana que era su amiga.
El Cuco suele salir a la calle siempre con capucha y gafas de Sol, como si quisiera esconderse cuenta El Español. A veces, incluso va en bicicleta para ir más rápido.
Samuel ya no vive allí. Según narra el citado diario se trasladó a una localidad cercana, donde vive también con su novia y s u hijo. Ambos amigos, que vivieron juntos nada más llegar a Francia, se distanciaron por sus parejas, que no se llevaban muy bien.
Cuando los dos aterrizaron en Rognac hace tres años, El Cuco trabajó como modelo para el fotógrafo Michel Tchelou y Samuel como escultor. Llegó incluso a exponer. Ambos llevaban una vida normal en aquel pueblo de 12.000 habitantes en el que nadie sabía quiénes eran y en el caso en el que habían estado implicados.
De hecho fue el padre de Marta del Castillo, Antonio del Castillo, quien reveló sus perfiles falsos en redes sociales. En ellos mostraban fotos con total normalidad, en fiestas y con amigos.