Científicos del Instituto Tecnológico de California (Caltech) han descubierto un nuevo mineral nunca antes visto en la naturaleza, al que han bautizado como edscottita. El mineral ha sido hallado, además, en el interior de un meteorito, según informa el diario australiano 'The Age'.
El mineral se descubrió tras un examen minucioso del meteorito Wedderburn, un trozo de metal del tamaño de un limón que se encontró a las afueras de Wedderburn (Australia) en 1951, y que ahora forma parte de la colección de Museos Victoria.
A lo largo de los años, científicos de todo el mundo, con el deseo de estudiar el meteorito, han obtenido porciones del material, hasta el punto de que solo 71 gramos de la roca original (de 220 gramos) se conservan todavía dentro del museo. Un equipo de Caltech logró obtener una porción en 2018, para ver si contenía minerales raros.
Dentro del meteorito, intercalado entre otras capas de minerales, los investigadores encontraron una delgada astilla de un nuevo material que, bajo la lupa de un microscopio, se asemejaba a pequeños cristales blancos.
Y descubrieron que el mineral estaba hecho de átomos de hierro y carbono mezclados en un patrón determinado. A este nuevo mineral lo llamaron edscottita, en honor a Edward Scott, cosmoquímico pionero en la Universidad de Hawai.
"Este meteorito tenía una gran cantidad de carbono. Y a medida que se enfriaba lentamente, el hierro y el carbono se unieron y formaron este mineral", explica a 'The Age' el doctor Stuart Mills, comisario senior de geociencias en los Museos Victoria.
Si bien los científicos se han encontrado con edscottita antes dentro de fundiciones (una de las fases por las que pasa el hierro cuando se funde en acero), nunca lo habían visto originándose de manera natural.
"Hemos descubierto entre 500.000 y 600.000 minerales en el laboratorio, pero menos de 6.000 que la naturaleza ha hecho por sí misma", detalla Mills.
Los investigadores creen que el mineral, de color rojo y negro, se forjó probablemente en el núcleo fundido de un antiguo planeta destruido hace ya mucho tiempo, lo que es extremadamente raro.
Según explica Geoffrey Bonning, científico planetario de la Universidad Nacional de Australia, el sistema solar comenzó como polvo emitido por estrellas muertas hace mucho tiempo. Ese polvo se arremolinó en el espacio hasta que la gravedad finalmente comenzó a unirlo, poco a poco. Esos bultos se hicieron cada vez más grandes, primero formando granos de arena, luego grandes trozos y, después, asteroides de un kilómetro de ancho. Finalmente, esos asteroides se unieron para formar planetas.
"Todas las rocas hasta cierto punto son un poco radiactivas --dice Bonning--. Entonces, este planeta, comienza a derretirse por dentro". Así, los científicos sostienen que el metal caliente habría goteado en el núcleo del planeta y fue el calor y la presión los que generaron minerales como la edscottita.
Más tarde, en algún momento, el planeta se destruyó. Probablemente fue golpeado por otro planeta, una luna o un gran asteroide, según comenta Bonning, que añade que muchos planetas fueron creados y destruidos en los primeros días del sistema solar.
Y los escombros de la colisión se esparcieron por el sistema solar, gran parte de los cuales terminaron en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter. El meteorito Wedderburn dio vueltas por allí durante unos pocos millones de años, antes de que una colisión accidental lo enviara hacia la Tierra.