El ébola vuelve a extenderse por África. Del total de 111 nuevos casos registrados este verano, 83 han sido confirmados mediante análisis de laboratorios. De ellos, un total de 18 pacientes han conseguido recuperarse del mortífero virus mientras que otros 18 siguen hospitalizados y 47 han fallecido.
Actualmente hay 28 casos sospechosos mientras que se están investigando otros diez más y se está haciendo seguimiento a 2.245 personas que han mantenido contacto con alguno de los casos confirmados de ébola, según el Ministerio.
Por otra parte, la campaña de vacunación puesta en marcha por las autoridades con apoyo de la ONU y las ONG ha permitido vacunar desde el pasado 8 de agosto a 4.130 personas, en su gran mayoría en Mabalako, la zona sanitaria en la que se encuentra la localidad donde comenzó la epidemia.
Según el Ministerio de Salud, también se ha vacunado ya a 121 personas en Oicha. En esta localidad, situada en Kivu Norte y rodeada por la milicia islamista ugandesa ADF, la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el viernes que se había confirmado el primer caso, expresando su preocupación por la inseguridad en la zona.
"Así que por primera vez realmente tenemos un caso confirmado y contactos en una zona de inseguridad muy alta. Realmente era el problema que estábamos anticipando y el problema que al mismo tiempo temíamos", indicó el jefe de operaciones de emergencia de la OMS, Peter Salama.
El pasado mayo, la OMS ya confirmó un brote de ébola en el Congo. Esta enfermedad ya entre diciembre de 2013 y junio de 2016, acabó con la vida de 11.310 personas e infectó a 28.616 habitantes de Sierra Leona, Guinea y Liberia.
Dos españoles resultaron infectaron. El primero fue Miguel Pajares, un cura que llevaba once años trabajando en Liberia, donde contrajo la enfermedad. Lo trajeron a España en un avión medicalizado pero murió. Teresa Romero, una enfermera que le atendió en el hospital de Carlos III, de Madrid, se contagió. Ella si pudo salverse.