Dumba es una elefanta asiática, una especie incluida en el listado de animales en peligro de extinción. Nacida en libertad hace unos 38 años, fue capturada y a partir de ese momento ha llevado una vida de servicio y sometimiento a los humanos que la capturaron y posteriormente traficaron con ella.

Las denuncias ante las autoridades por su situación arrancan desde 2010 cuando La Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA), puso su caso en conocimiento del público. Dumba llegó con siete años a la finca que la británica Yvonne Kludsky tiene en la localidad barcelonesa de Caldes de Montbui y desde estas instalaciones ha entrado y salido para ser exhibida.

Los responsables de vida salvaje de FAADA consideran que la finca de Caldes no reúne las condiciones mínimas que requiere este animal para su confort, tampoco para la seguridad de quienes la han visitado.

Unas circunstancias que creen se repite en su nuevo hogar de Mega Park en la localidad sevillana de Guillena, al norte de la capital andaluza.

Desde el parque, su director José Luis Malpartida, defiende las instalaciones en las que está acogido el animal y las califica de "paraíso" y "fábrica de sueños", una imagen que los animalistas no comparten.

Malpartida critica que los animalistas desconocen la realidad del hábitat en el que se desenvuelve Dumba y niega la falta de medidas de seguridad o la falta de espacio. Reconoce eso sí, que Dumba participa en actividades con escolares en las que se les enseña el respeto a la naturaleza y a los animales.

Este es precisamente uno de los puntos que más critican los defensores de los animales. Creen que Dumba no debería ser exhibida y que se debería respetar su dignidad. Para ello están trabajando para que la paquiderma sea trasladada a un santuario para elefantes que se esta ultimando en el sur de Francia.

Mientras llega esa fecha sus denuncias sobre el estado del animal no cesan. A través de comunicados y las redes sociales han denunciado el estado lamentable de conservación de Dumba, algo que Malpartida niega.

El responsable de Mundo Park afirma que su estado de salud ha sido puntual por un cambio de dentición que le hizo perder kilos algo que en la actualidad ya ha recuperado.

Pero para Martínez, responsable de vida salvaje de FAADA, el estado famélico de Dumba es algo anterior y que se mantiene en el tiempo, resultado de una mala alimentación y de las circunstancias en las que se encuentra recluida.

Malpartida, de 71 años, defiende sus instalaciones en las que Dumba pasea y es cuidada por un matrimonio que se encarga de su mantenimiento y cuidado.