¿Duermes con un pie fuera de la cama en verano? No eres el único. Es un comportamiento bastante extendido que, en realidad, responde a algo más que una simple manía. ¿Por qué lo hacemos?
Lo de sacar un pie de la cama va más allá de una costumbre de niños. Lo hacemos sobre todo en el verano, en las noches de más calor en las que damos cincuenta vueltas para encontrar la postura.
Tiene una explicación científica: la termorregulación. De manera consciente o inconsciente, cuando sacamos un pie de la cama lo que estamos haciendo es buscar el fresquito. Este gesto ayuda a mantener una temperatura agradable cuando el cuerpo se calienta en los meses de verano, y ayuda a conciliar el sueño más fácilmente.
Los pies, como las manos, son muy efectivos a la hora de reducir la temperatura corporal. “Los pies no solo están desprovistos de pelo, sino que, debido a que son dos de nuestras extremidades, contienen estructuras conocidas como anastomosis arteriovenosas, que unen las arterias con las venas antes de que las dos puedan unirse en los capilares", lo explicaba Natalie Dautovich, portavoz de la Fundación Nacional del Sueño, en un artículo médico.
"Cuando hace calor, estas estructuras se dilatan, lo que permite que llegue más sangre a la superficie de la piel para enfriarse”, añade.
Asimismo, usar la ropa de cama adecuada y un pijama ligero en los meses de más calor te ayudará a dormir plácidamente. Utiliza sábanas transpirables, mejor si son 100 % algodón. También influirá en la calidad del sueño lo que cenamos. Evita las comidas copiosas y opta por alimentos fresquitos y poco pesados.