La muerte de un amigo puede llegar a ser tan traumática como la de un un familiar, según un estudio de dos investigadoras universitarias australianas y que ha sido publicado por The Conversation según informa Science Alert.
En la conocida como "jerarquía del dolor" los que ocupan los niveles más altos o sensibles son los familiares. Los amigos suelen ser desplazados en este medidor del dolor.
Pero los estudios de Liz Forbat , Profesora Asociada de Envejecimiento de la Universidad de Stirling y de Wai-Man Liu, Profesora Asociada de la Escuela de Investigación de Finanzas, Estudios Actuariales y Estadística de la Universidad Nacional de Australia han puesto de manifiesto que "lejos de ser una pérdida trivial, la salud y el bienestar de las personas que pierden a un amigo cercano tiene un alto costo en los cuatro años posteriores a esa pérdida".
El estudio también apunta a la necesidad de "tomar más en serio la muerte de un amigo cercano y cambiar la manera en que apoyamos a las personas que sufren tal aflicción".