El dolor o la depresión pueden ser los síntomas iniciales de la enfermedad de Parkinson, según ha asegurado el doctor de la Unidad de Trastornos del Movimiento y Cirugía de Parkinson del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, Gustavo Fernández.
"Cada vez conocemos mejor los síntomas que aparecen antes de los mencionados como síntomas clásicos, como son el temblor o la rigidez. Es muy importante la divulgación y dar a conocer la cara B del Parkinson, el dolor o la depresión pueden ser los síntomas iniciales de la enfermedad y saberlo aumentará muchas veces el diagnóstico precoz", ha advertido el doctor.
En este sentido, el experto ha explicado que cuando haya tratamientos que puedan detener la enfermedad será crucial identificar cuanto antes a los pacientes, incluso a aquellos que tengan un riesgo mayor de contraerla. "Es importante estar en contacto con asociaciones de pacientes y con Medicina de Familia para ser más efectivos en su diagnóstico, muchos síntomas de la vejez se pueden confundir con los síntomas de la enfermedad de Párkinson y tienen tratamiento", ha añadido.
Respecto a la prevención, el doctor ha asegurado que en la actualidad la terapia neuroprotectora más eficaz es hacer ejercicio a diario, de moderada intensidad, y tener un peso y un control de otros factores como la diabetes o la hipertensión adecuados.
Durante la reunión, a la que han asistido 50 neurólogos de los hospitales de referencia de la comunidad, se han abordado también los retos de futuro en la individualización de la terapia de cada paciente y los logros ya conseguidos en la investigación y tratamiento de la enfermedad, desde nuevas moléculas eficaces en el control de los síntomas de la enfermedad ya comercializadas, como otras que están en fase de investigación, además de en las terapias avanzadas.
En este sentido, el neurólogo y coordinador de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Hospital Clínico Universitario de Santiago, Ángel Sesar, ha afirmado que uno de los principales logros conseguidos es haber prolongado más de cinco años la buena calidad de vida con los tratamientos de la fase avanzada.
Por su parte, la neuróloga de la Unidad de Trastornos del Movimiento del Servicio de Neurología del Hospital Clínico de Santiago de Compostela, Begoña Ares, ha señalado que en los últimos años han aparecido tratamientos revolucionarios para pacientes con enfermedad de Parkinson en fase avanzada, que son aquellos a los que la medicación oral convencional no les permite mantener una buena situación clínica a lo largo del día.