La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave y aunque puede ocurrir en cualquier momento de la vida, los síntomas entre los adolescentes y los adultos pueden ser diferentes.
La tristeza con la que se manifiesta y la falta de interés que la acompaña suele afectar la manera en la piensan, se sienten y se comportan, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos.
Como apuntan todos los expertos, los padres tenemos que vigilar cualquier cambio en el comportamiento y en las emociones de nuestros hijos y ser consciente de que su intensidad puede variar.
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Los principales cambios emocionales que nos pueden dar una pista de lo que está ocurriendo caben destacar:
También hay que estar muy atentos a los cambios de comportamiento como:
Cualquier madre o padre habrá detectado algunos de estos síntomas en el día a día de nuestros hijos adolescentes pero es necesario ir más allá que creer que son simples expresiones de rebeldía o producto de la edad del pavo.
Los expertos recomiendan que ayudemos a nuestros hijos con terapias orientadas a la adquisición de habilidades como la gestión emocional, habilidades sociales, resolución de conflictos así como claves en la prevención de la conducta suicida.
Porque la depresión es muy perjudicial cuando se deja sin tratamiento así que hay que estar muy atento a los primeros síntomas.