Representantes de ciudades como de Japón, China, Estados Unidos, Reino Unido, Argentina, Brasil, Hungría, Suecia o Noruega se han lanzado a cocinar grandes paellas en el marco de la inauguración del denominado ‘World Paella Day’ al tiempo en que la plaza del Ayuntamiento de Valencia acogía una degustación de arroces con los productos característicos de las distintas zonas de la Comunitat, siendo la tradicional paella valenciana el plato estrella.
UNA FAMA INTERNACIONAL
De origen humilde, la paella ha llegado al cénit de la gastronomía y, a pesar del debate que genera su receta, nadie duda de que se ha convertido en uno de los platos más identificados en el mundo.
Arroz, pollo, conejo, judías verdes (bajoqueta), garrofón, ajos y tomate son ingredientes básicos de una originaria paella valenciana –a veces también se le añaden alcachofas o caracoles– aunque también se llama paella, sin el apellido "valenciana", a los arroces hechos en ese tipo de recipiente con cualquier ingrediente.
Así lo señalan los cocineros que han celebrado el primer Día Mundial de la Paella, una iniciativa conjunta de instituciones, entidades y profesionales de la gastronomía y el turismo para hacer de este icono gastronómico valenciano por excelencia una referencia mundial.
UN PLATO ESTRELLA CON GRAN VERSATILIDAD
Ingredientes como pato, fua, setas, coliflor, ajos tiernos, calabaza, gambas, galeras, sepia, rape, cangrejos, lubina o anguilas han acompañado al arroz para dar a las paellas sabores variados que reflejan la versatilidad de este plato, tal y como han demostrado los cocineros de distintos restaurantes:
El restaurante Estibador, por ejemplo, ha cocinado una paella de pato, setas y fua, pero su cocinero Kevin tiene claro que paella valenciana "solo hay una" y lo demás son arroces típicos con productos de cada zona.
Chabe Soler, de La Ferrera, ha cocinado una de sus "locuras", petición de su cuñado, al que su madre le cocinaba arroz con calabaza de la huerta, al que ha añadido gambas y sepia sucia para hacer un arroz "de éxito" en la carta de su restaurante.
EL SECRETO DE UNA BUENA PAELLA VALENCIANA TRADICIONAL
Ha sido José Luis Mascaraque, en representación de Turisme Comunitat Valenciana, quien ha cocinado la única paella valenciana “tradicional”. “El secreto está en la carne, que esté caramelizada, que coja el dorado para impregnar bien el caldo de sabores, sin que se nos pase la cocción".
Por su parte, Jordi Magraner, cocinero del restaurante Bon Aire de El Palmar, recientes campeones del concurso internacional de paellas, ha hecho su tradicional arroz con lubina y anguila y una base de col y ajos tiernos, productos típicos que dice que usaban sus abuelos cuando no tenían conejo o pato para comer.
Para él "no es un sacrilegio" llamar a estos platos paella, lo importante es que lleven su nombre, como en su caso: ‘Paella Albufera’.
La mayoría de las paellas se ha cocinado en fogones salvo la de conejo y caracoles al sarmiento del restaurante Alfonso Mira de Aspe (Alicante), hecha al fuego con leña de las cepas de la vid, que "ahúma la paella y le da ese toque característico", cuenta Andrés Íñiguez, para quien el sudor y el sacrificio "merecen la pena por el sabor" final.
“NO HAY NINGÚN INGREDIENTE QUE NO SE PUEDA COCINAR CON ARROZ”
Por último, el cocinero Raúl Barruguer, representando a Can Roig (Alcocebre, Castellón), ha presentado un arroz con dos ingredientes "básicos del litoral" que dan un "sabor exquisito": galeras y cangrejos. Según ha apuntado, hay mucho debate sobre la tradicional paella, pero "no hay ningún ingrediente" que no se pueda cocinar con arroz.
EL GOBIERNO VALENCIANO, POR SU PARTE,
En apoyo a este plato, a través de una declaración institucional el Gobierno valenciano ha invitado “al mundo entero a hacer su paella y celebrar la internacionalidad de un plato de origen humilde que ha dado la vuelta al mundo sin olvidar sus raíces y su origen valenciano, y que se adapta a los gustos locales".
A este respecto, al lugar de la celebración han acudido autoridades como el president de la Generalitat, Ximo Puig, y el alcalde de València, Joan Ribó.