La meningitis es una enfermedad que afecta a las membranas que protegen nuestro cerebro y médula espinal, es decir, las meninges y por eso es tan grave. Puede estar causada por un virus o una bacteria. En el primer caso se transmite por las vías respiratorias, como si de un catarro se tratara. Es decir, al estornudar o toser, compartir cubiertos o vasos o con un simple beso.
La otra meningitis es causada una bacteria, especialmente el meningococo, de la que hay 12 tipos. En España hay 12 tipos de meningococo, el B es el más prevalente y su vacuna no la cubre la seguridad social, salvo excepciones. Los casos de tipos W e Y están en aumento moderado. La población de riesgo son los bebés y niños de hasta cuatro años y adolescentes de entre 15 y 24. En este tipo de meningitis, la bacteria suele alojarse en la garganta y también se transmite por vía respiratoria.
La meningitis bacteriana es más grave que la causada por un virus y se trata con antibióticos. Los médicos advierten de la importancia de un diagnóstico temprano. El doctor, David Moreno, coordinador del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP), señala que la enfermedad meningocócica invasora es poco frecuente pero “muy grave y lleva aproximadamente al fallecimiento en un 10 % de los casos”.
Si se retrasa el diagnóstico de la meningitis, sobre todo B, C, W e Y, puede causar la muerte o consecuencias graves y permanentes. Moreno advierte de que un tercio de los niños que sobrevive a esta enfermedad sufre graves secuelas que van desde el retraso psicomotor hasta la ceguera, pasando por la sordera e, incluso, amputaciones. Según la Sociedad Española de Neurología, un 30% de los pacientes que han padecido meningitis bacteriana sufren algún tipo de discapacidad importante.
“Aunque la meningitis bacteriana no es una enfermedad frecuente, conlleva una elevadísima mortalidad sin tratamiento, por lo que es una auténtica emergencia médica. Puede empeorar muy rápidamente, lo que hace que entre un 10 y 20% de los pacientes que la sufren fallezcan o permanezcan con graves secuelas”, explica el doctor Santiago Trillo, Coordinador del Grupo de Estudio e Neurología Crítica e Intensivista de la Sociedad Española de Neurología
La meningitis se incuba durante varios días y sus síntomas son similares a los de la gripe (fiebre, dolor de cabeza, somnolencia, vómitos y náuseas). Aunque hay algunos síntomas específicos que nos deben poner en alerta como rigidez del cuello, dolor de piernas, excesiva frialdad en manos y pies y confusión o convulsiones. Hay que acudir a urgencias si se observan manchas –las petequias- rojas o violáceas, que significan que hay sepsis, una forma muy grave de la enfermedad.
Para reconocer las petequias y descartar otras manchas sin importancia como un simple hematoma, basta con presionar las manchas con un vaso de cristal. Si las manchas no desaparecen puede tratarse de petequias peligrosas y es imprescindible obtener ayuda médica urgente.
Existen distintas vacunas para prevenir la enfermedad pero no todas son financiadas por la seguridad social. Los pediatras reclaman que se incluyan en los calendarios oficiales las vacunas del tipo B. En Canarias y Castilla y León van un paso por delante porque ya han incluido la vacuna para el meningococo B y en 2020 lo harán en Andalucía. El doctor Moreno defiende que “toda la evidencia científica, unida a la existencia de vacunas seguras y eficaces justifican su inclusión en los calendarios oficiales y como pediatras debemos defender que cualquier niño en España tenga acceso a esta vacuna, independientemente de la renta familiar”. La AEP no duda de la seguridad y efectividad de la vacuna B contra la meningitis, ya que en Reino Unido se incluye desde 2015. Las vacuna del meningococo C si está financiada.
Es el pediatra quien debe recomendar cuando poner la vacuna. Si se trata de un lactante son tres dosis, a 106 euros cada una. La AEP en su calendario la incluye a los tres, cinco y 12 meses de edad.
Los casos de meningococo de octubre 2017 a octubre 2018 fueron de 346, según datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica dependiente del Ministerio de Sanidad, que señala que hubo 44 fallecidos por meningitis por meningococo. Estás cifras no contemplan los casos de Meningitis por neumococo, otra bacteria menos agresiva que puede causar desde una otitis media hasta una meningitis. Elena Moya, vicepresidenta de la Asociación Española contra la Meningitis (AEM), advierte de que “las estadísticas no juntan estas dos bacterias pero no cabe duda de que para unos padres el nombre de la bacteria no importa tanto. Si sumamos las dos bacterias, los casos de la enfermedad pueden llegar a 500”.
La investigación es fundamental en la prevención de la enfermedad. La doctora María José Mellado, presidente de la AEP, explica que “la investigación, ha hecho posible que la meningitis, una de las enfermedades más temidas sobre todo en la infancia, esté más controlada que nunca.”
Para la meningitis causada por un virus no hay vacuna, ni tratamiento. Debe pasarse como una gripe o catarro. La enfermedad no es peligrosa y dura entre una semana y 10 días. Para prevenirla es importante lavarse las manos y taparse al estornudar o toser.