“Cada año se vierten en los océanos 8 millones de toneladas de plástico, lo que amenaza la vida marina y humana y destruye los ecosistemas naturales”, señala Naciones Unidas. Tanto es así y tal es la gravedad del problema que, según se estima, en 2050 podría haber más plástico en el mar que peces.
Por esta razón, el tema elegido para este Día Mundial del Medio Ambiente, que este año tendrá la sede de las celebraciones en India, incidirá sobre esta cuestión poniendo sobre ella el centro de atención. ‘Sin Contaminación Por Plástico’ es el título llamado a recordar a todo el mundo en este 5 de junio que debemos poner todos de nuestra parte para intentar frenar su uso indiscriminado. Tanto las instituciones como las empresas y, en general, el conjunto de la sociedad, debemos trabajar para combatir la contaminación derivada del uso de estos materiales.
“El mensaje de este Día Mundial del Medio Ambiente es simple: rechaza el plástico descartable. Si no puedes reusarlo, rehúsalo. Juntos podemos trazar el camino hacia un planeta más limpio y verde”, afirma el portugués António Guterres, secretario general de la ONU.
En este sentido, uno de los grandes objetivos de esta lucha es poner fin a los plásticos de un solo uso, los cuales se estima que constituyen la mitad del plástico que contamina los mares.
EUROPA SE SUMA A LA LUCHA
En un afán de comprometerse con la causa, la Comisión Europea ha lanzado recientemente un paquete de medidas con el objetivo de reducir la producción de este material en el bloque comunitario, planteando prohibir productos como los bastoncillos, cubiertos y las pajitas que se usan para beber.
Siguiendo estas directrices y con este propósito, en España, a partir del 1 de julio será obligatorio pagar por todas las bolsas de plástico que no sean biodegradables, y en 2021 estará totalmente prohibido el uso de todas las bolsas ligeras (entre 15 micras y 50) y muy ligeras (menos de 15 micras), excepto las biodegradables.
MÁS DE 100 AÑOS EN DESCOMPONERSE
Concretamente, las bolsas de plástico se ubican entre los 10 productos de este material que más se encuentran en los océanos, y mientras que en muchos su utilización apenas pasa de un uso que se prolonga “entre 12 y 25 minutos”, tardan “más de 100 años en descomponerse”, según precisaba la ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente en funciones, Isabel García Tejerina, a la hora de anunciar el paquete de medidas que entrará en vigor en España en julio.
Más allá, una botella tarda unos 500 años en desaparecer, y unas cuerdas de pescar pueden prolongarse a los 600.
TENEMOS QUE FRENAR ESTO
Según una investigación efectuada en Reino Unido, cobrar por las bolsas en los supermercados funciona para reducir la cantidad de plástico que llega al mar, pero ésta es solo una medida específica dentro de un campo sobre el que hay que trabajar de forma global, buscando productos alternativos, biodegradables, y cambiando nuestro hábito de consumo.
Cada año llega a nuestros mares y océanos “el equivalente en basura a hasta 1.200 veces el peso de la Torre Eiffel”, sostiene Greenpeace, que incide además en el peligro de los microplásticos; fragmentos tan pequeños que no son filtrados en la depuradora y acaban en el mar, ingeridos por animales marinos. Más allá, señalan, también nosotros acabamos ingiriéndolos.
Con estos datos, las imágenes son cada vez más explícitas y dramáticas. Cuando pensamos en una playa de Bali pensamos en un entorno paradisiaco bañado por aguas cristalinas. Sin embargo, esa imagen idílica ha quedado también contaminada por este gravísimo problema. Era un turista el que, mientras buceaba, grababa las imágenes de una manta nadando entre una marea de bolsas y envases.
Más allá, el vasto vertedero de desechos plásticos que se arremolina en el Océano Pacífico, conocido como el ‘Gran Parche de Basura del Pacífico’, crece deprisa y abarca ya más que Francia, Alemania y España juntos.
Un total de 1.8 billones de piezas de plástico que pesan 80.000 toneladas métricas se encuentran actualmente a flotando en esta área que no deja de empeorar a una velocidad que, si no lo remediamos, será imparable.