Los ladrones actuaban principalmente en las localidades de Toledo y Madrid durante el estado de alarma. La banda cometía los robos durante la noche. Los delincuentes accedían forzando los cierres de los establecimientos en unas ocasiones o por rotura de cristal de puertas y ventanas en otras, usando para ello las tapas de las alcantarillas que hallaban en las proximidades.
Los agentes centraron sus investigaciones en un grupo de personas que tenía fijada su residencia en el barrio de San Blas de Madrid. Durante los registros llevados a cabo se han intervenido el vehículo sustraído que utilizaban en sus desplazamientos, además de diverso material utilizado para el robo de automóviles, así como gran cantidad de productos procedentes de los hechos ilícitos y 108 gramos de cocaína.
En el último informe de las fuerzas y seguridad del Estado sobre los delitos en España se mostraba que el coronavirus había repercutido de forma clara en su descenso pero no tanto en farmacias y estancos que han estado abiertos y han sido objetivo de los cacos. De hecho, la caída de los asaltos a estancos (21 por ciento) y farmacias (35 por ciento) no era tan elevada como en el resto.