La familia de Roberto García, tras el registro, intentaba abalanzarse en el vehículo que llevaba al detenido. Tristes porque hoy era el cumpleaños de este vecino, exconcejal de urbanismo de Casarrubios, Toledo. Están impactados porque sabían que el responsable era alguien cercano, pero saber que es el vecino de enfrente les ha dejado abatidos. No lo conocen, no era amigo de Roberto. Es un español de unos 50 años, de Sevilla, que vivía alquilado. A primera hora lo llevaban a su vivienda, en el último piso del edificio de enfrente al del desparecido. Tenía que estar presente en el registro que ha durado horas.
El perro Marley de la Guardia Civil ha encontrado su rastro, restos biológicos de Roberto que parecen sangre. Ha trabajado durante horas con su inseparable Athor. Han analizado la escena para ver si el piso podría ser el escenario del crimen. Pero el detenido no declara y guarda silencio. No quiere decir dónde está el cuerpo. La familia de Roberto ha estado todo el tiempo pendiente de las novedades, vigilando el ir y venir de los agentes de criminalística desde la casa de Roberto.
El acusado estaba en el foco de la Guardia Civil desde el primer día porque sacó dinero con las tarjetas de Roberto y la cámara del cajero captó su imagen. Desde entonces han buscado el cuerpo, en las viñas, el río Guadarrama, los pozos y los campos de la comarca. Hasta que tres meses después decidieron detener a un amigo del sospechoso. Fue hace dos días. Declaró y lo dejaron en libertad, acusado de encubrimiento. Ayer detuvieron al sospechoso de la desaparición y muerte de Roberto. Mañana le tomarán declaración con su abogado. El móvil podría ser económico porque Roberto acababa de jubilarse y vender una propiedad. La gente del pueblo lo comentaba. Su asesino pudo enterarse de que tenía dinero.