La pandemia ha disparado el teletrabajo y con él también la picaresca de una modalidad laboral que llegó para quedarse. Muchas empresas ya están contratando a detectives privados para hacer seguimientos y grabar a los que, en la distancia, no cumplen con sus horarios y se van de compras o al gimnasio. Para los escaqueadores del teletrabajo, tan sencillo como dejar conectado el ordenador e irse a hacer cualquier cosa ajena al trabajo. El teletrabajo ofrece opciones imposibles con el trabajo presencial como aprovechar para poner la lavadora, planchar o hacer la comida. Pero una cosa es algo puntual que muchas veces se compensa con más horas de trabajo y otra es el abuso. A petición de las empresas, los detectives tratan de retratar a este tipo de trabajadores, haciéndoles seguimientos. La mayoría de las veces se los encuentran en el gimnasio, tomando algo o haciendo compras. Y ojo porque, si son reincidentes, puede ser motivo de despido. Dejando atrás a estos detectives del teletrabajo, otras empresas deciden modernizarse para atraer a todos aquellos trabajadores que realizan sus funciones desde sus casas. Un ejemplo es el de un hotel de Las Palmas que ha conseguido estar a más del 90% de ocupación en plena crisis bajo el lema "Confínate en el paraíso. Con una bajada del 60% en sus precios, se han reinventado para sobrevivir. Ofrecen estancias de un mes por menos de 700 euros. Es el paraíso del teletrabajo. Nómadas digitales, afortunados con largas vacaciones o jubilados en busca de tranquilidad. Una nueva forma de hacer turismo, que llega a Canarias para quedarse.