Estas imágenes, recogidas por DailyMail, son solo un ejemplo de instantáneas que se publican en redes sociales y que escandalizan tanto a los dueños de los establecimientos como al resto de la sociedad. Si ahora se han conocido estos casos recientes, hace pocos meses se publicaron otras imágenes de empleados de restaurantes de cómida rápida que posaban junto a contenedores de basura llenos de lechuga, un dependiente chupando el puré de patatas que iba a servir e incluso una foto de un trabajador que supuestamente orinaba en un plato de nachos.
Las cadenas de restaurantes son contundentes en sus explicaciones: "Nuestros procedimientos de manipulación de alimentos son estrictos y tenemos tolerancia cero para cualquier violación", afirman.
De toda esta polémica, lo que más extraña es que los trabajadores no tengan ningún pudor a la hora de fotografiarse cometiendo estas aberraciones culinarias y publicitarlas en las redes sociales aunque se expongan a despidos fulminantes.