El tren de Santiago descarriló en la llamada curva de Angrois, cerca de Santiago de Compostela en julio de 2013. Iba con exceso de velocidad. Murieron 80 personas. Las imágenes en nuestra retina son tremendas. Los vecinos del pueblo gallego fueron los primeros en asistir a las víctimas.
Tres años antes, en junio de 2010, un tren de cercanías arrolló a 25 personas en la estación de Castelldefels, Barcelona. Doce de ellas murieron y otras 13 resultaron heridas.
En 2006, también en verano, concretamente en julio, descarriló un vagón del metro de Valencia. Hubo 40 muertos. Ocurrió durante una vista del Papa Juan Pablo II a una ciudad repleta de turistas.
En julio de 2003 un Talgo chocó frontalmente con un tren de mercancías en Chincilla, Albacete. Murieron 19 personas.
Trágicos años 90
En los años 90 hubo hasta cinco accidentes mortales. En 1997 un Intercity que unía Barcelona y Hendaya, descarriló en Navarra, dejando18 muertos. Dos años antes, descarriló un convoy vasco en Guipúzcoa. Murieron cinco personas. En 1994 un tren arrolló una ambulancia en un paso a nivel en Gador, Almería. Murieron las siete personas que iban en la ambulancia. Un año antes, en agosto de 1993 chocaron dos trenes, uno de pasajeros y otro de mercancías, en el interior de un túnel y terminaron incendiándose. Murieron 12 personas.
En 1990 murieron seis personas cuando un tren Intercity que cubría la línea Zaragoza-Madrid chocó contra una viga que cayó de un tren de mercancías que iba en sentido contrario. Ocurrió entre Alcalá de Henares y Torrejón.