Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Castellón, Valencia y Madrid una organización criminal dedicada, presuntamente, al suministro de planteles de marihuana, y han procedido a la intervención de varias plantaciones pertenecientes tanto a la organización como a otros grupos clientelares.
Un total de 28 personas han sido detenidas acusadas de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y defraudación de fluido eléctrico, a quienes se les ha incautado nueve plantaciones, 10.000 plantas, 100 kilogramos de cogollos y otros 600 kilogramos de marihuana que estaba siendo preparada.
Las investigaciones policiales comenzaron durante el mes de julio de 2020, cuando los agentes recibieron una información sobre un núcleo de individuos españoles que gestionaban varias plantaciones de planteles de marihuana que, posteriormente, vendían al por mayor y al por menor a otras personas dedicadas al cultivo de esta sustancia.
El cultivo de planteles presenta varias ventajas respecto al cultivo de la planta completa, ya que no genera olores ni demanda tanta energía como el cultivo tradicional de esta droga. Por otro lado, la primera fase de crecimiento de la planta es la más delicada, por lo que esta organización ofrecía a los compradores de los planteles un producto que garantizaba un crecimiento óptimo de la planta.
Las primeras vigilancias permitieron a la Policía comprobar que el investigado mantenía un cultivo de planteles en el domicilio unifamiliar en el que residía, en la localidad valenciana de Chiva. Además, mantenía citas en los alrededores de la zona con terceros, a los que facilitaba grandes cajas de cartón donde, al parecer, entregaba los esquejes.
Los agentes comprobaron que algunos de los compradores tenían una confianza mayor, ya que eran recibidos en su mismo domicilio. Esta práctica, según ha asegurado la Policía, no es habitual, pues las organizaciones criminales son reacias a facilitar sus centros de producción con el fin de evitar "vuelcos".
Como resultado de estas vigilancias, la Policía detectó una de estas transacciones en un chalet situado en un municipio valenciano, donde se localizó y se desmanteló una plantación de marihuana gestionada por un individuo de origen lituano. Tenía 460 plantas, con un peso total superior a los 70 kilogramos.
A raíz de lo anterior, el Juzgado de Instrucción 4 de Requena asumió la investigación. Desde un primer momento, actuó mediante dos vías: aumentar el conocimiento sobre la organización para proceder a su desarticulación y detectar las plantaciones de terceros para actuar contra ellas. En el primer caso, la investigación permitió comprobar que el negocio florecía de forma espectacular.
Su máximo responsable mantenía una plantación en el domicilio en el que vivía con su madre, pero, además, gestionaba plantaciones de planteles en el domicilio de su hermana y en el de su primo, y había instalado una plantación tradicional en el piso de su padre.
Además, estableció otro centro de producción en una nave situada en el Polígono Industrial de Alaquàs, en Valencia, que era dirigido por dos varones que actuaban como hombres de confianza del máximo responsable. Este, a su vez, actuaba como un empresario, adquiriendo uniformes para sus empleados, controlándoles por cámaras de seguridad instaladas en los centros de producción e incentivándoles o penalizándoles según su rendimiento.
Durante la investigación, varios de sus "trabajadores" fueron despedidos, siendo sustituidos por otros nuevos. A pesar de los arrestos, el máximo responsable continuaba su labor Paralelamente, continuaban nutriendo de planteles a terceros, siendo esta actividad monitorizada por los investigadores.
Una de esas compras permitió detectar un chalet controlado por individuos lituanos en una urbanización de lujo de Boadilla del Monte, en Madrid. Esta plantación fue desarticulada, deteniendo a dos individuos lituanos en el interior del chalet, a quienes se les intervinieron 1.600 plantas, 128 kilogramos de marihuana en cogollos listos para su envasado, 2.000 euros en efectivo y diverso material que daba cobertura a la plantación.
Mientras tanto, el máximo responsable seguía con su actividad. Gracias a la investigación se comprobó que no se limitaba a los esquejes, sino que también actuaba como intermediario en transacciones de compraventa de marihuana y que, además, se había asociado con dos individuos relacionados con un concesionario situado en el término municipal de Quart de Poblet para instalar una plantación de marihuana en sus instalaciones.
Para ello, comenzó a visitar asiduamente el local, enviando a varios de sus "empleados". Igualmente, actuaba como intermediario para terceros que se dedicaban a la adquisición de marihuana. Una de estas transacciones acabó con la detención de dos individuos polacos que, en el momento de la intervención policial, portaban unos 10 kilogramos de cogollos de marihuana.
Esta venta fue gestionada a través de tres individuos residentes en las localidades de Liria, en la provincia de Valencia, y La Vall d'Uixó, en la de Castellón. Estas personas adquirían los planteles a la organización principal y, tras cultivar, recolectar y secar la marihuana, vendían este producto a través del máximo responsable, que actuaba de intermediario.
Seguidamente fue desmantelada otra de las plantaciones a las que la organización había facilitado los planteles. Ubicada en la provincia de Valencia, estaba custodiada por un varón de 55 años de edad, familiar de uno de los dueños de la misma. Ambos fueron detenidos, significándose que la plantación constaba de 3.535 plantas, que arrojaron un peso total de unos 150 kilos.
Finalmente, los agentes detectaron que el principal investigado, de acuerdo con otros dos individuos, comenzó a recoger la cosecha de la plantación que los mismos habían establecido en el concesionario, lo que precipitó la intervención policial.
Se practicaron varios registros de forma simultánea, concretamente dos en Chiva, uno en Alaquàs, uno en Torrent, dos en Valencia y uno en Quart de Poblet. En las dos primeras localidades se localizaron centros de producción de planteles. En Valencia y Quart de Poblet se localizaron plantaciones y en Torrent, ambas infraestructuras.
La plantación de Quart de Poblet se encontraba instalada en el tejado del edificio anexo al concesionario, a la que se accedía a través de una puerta instalada que se abría mediante una aplicación de teléfono móvil. La puerta contaba con cerradura invisible controlada electrónicamente.
La plantación tenía varias estancias para ser utilizadas como centro de plantación, de secado y de envasado, con unas 700 plantas en proceso de floración. Esta plantación estaba tan bien oculta que no interfería con la actividad normal del concesionario.
En esta última fase de la investigación, se desarticuló completamente la organización principal, procediéndose a la detención de 17 personas, de los que cinco son familiares directos del máximo responsable. Siete de los detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado, que decretó el ingreso en prisión de todos ellos. Con esta operación, se ha logrado identificar y desarticular toda la cadena de producción y cultivo de marihuana. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones.