Anna, Olivia y su padre, Tomás Gimeno, continúan en paradero desconocido. Nadie sabe nada de ellos desde el 27 de abril. En lo que los investigadores creen que se trata de un secuestro parental, todas las hipótesis están abiertas y, por ello, los registros continúan en las viviendas familiares, en terrenos y en el mar, donde las embarcaciones están siendo investigadas en busca de alguna pista que ayude a encontrar a las dos pequeñas.
El día 27 de abril, Tomás Gimeno tenía que devolver a sus dos hijas a su madre, Beatriz Zimmermann, pero no ocurrió así. Ella estableció contacto telefónico con él varias veces a lo largo de la noche. Primero le dijo que volverían para cenar, pero después, en las siguientes llamadas sus palabras fueron las mismas: advertía a su pareja que no iba a volver a saber de ellos, que no iba a volver a ver a sus hijas. Y, desde entonces no se sabe nada.
Se sabe que sobre las 19:30, Tomás Gimeno fue con las pequeñas a ver a sus padres, que por el tono y su forma de actuar pudieron advertir que parecía una despedida. De hecho, también se ha conocido que se despidió de sus amigos, a los que mando un mensaje.
A las 19:55 estuvo en su vivienda, una casa terrera en Igueste de Candelaria, donde permanecieron alrededor de una hora ya que a las 21:00, su madre fue hasta allí y no les encontró. A las 21:30 ya estaba en el pantalán, que estaba a unos 20 minutos de distancia.
Ya en el puerto, cargó maletas y bultos dentro de una embarcación. Le vio un vigilante, y también las cámaras de seguridad del puerto. Sin embargo, en las imágenes no se llega a apreciar a las niñas, sino solamente a él. Se sabe que también metió el portabebé, porque luego aparecería en el mar.
Tras zarpar en la embarcación, volvió un rato después al puerto porque su móvil se había quedado sin batería y necesitada un cargador. Por eso, se piensa que podía tener un plan de fuga, y por ello precisamente su dispositivo móvil puede ser clave para analizar su recorrido e intentar de reconstruir el suceso. Precisamente este, lleva a los investigadores al sur de la isla. En este área, su teléfono móvil estuvo tiempo parado en el mar. Además, también la última llamada que tuvo con su mujer le sitúan más lejos de dónde los investigadores han encontrado la lancha con la que zarpó.
La lancha fue hallada en Güímar, a una hora de navegación, con restos de sangre, que según confirmó el Laboratorio de Criminalística, son de Tomás Gimeno y no de las niñas. Estaba a la deriva y sin nadie a bordo-Además, en las proximidades hallaron flotando en el agua una sillita de retención infantil de Anna.
Al remolcarla de nuevo al puerto, los investigadores repararon en que la lancha, de seis metros de eslora y con un pequeño camarote, no tenía el ancla. Tampoco tenía activado ningún sistema de geolocalización.
Las diligencias del caso continúan siendo secretas y hay una orden de búsqueda internacional para encontrarles. Lo último que se sabe es que se ha inspeccionado un velero
El caso ha conmocionado a toda la sociedad. Rostros famosos han colaborado en la difusión de las imágenes de las niñas y su madre, Beatriz, ha escrito incluso una carta a Tomás Gimeno suplicando que le devuelva a sus hijas.
"Sobran las palabras para explicar qué puede sentir una madre cuando se llevan a sus dos razones de ser", escribe Beatriz, que no desiste en la búsqueda de las niñas y ha publicado varias imágenes de las pequeñas para ayudar a su localización.
Un grupo de ciudadanos ha convocado un aplauso . Además, se pretende demostrar que en Canarias "no hay espacio para estos comportamientos inhumanos y deleznables" sobre lo que se cree que es un secuestro por parte de su padre.
Así, invitan a unirse a la iniciativa a todo el mundo desde sus ventanas y balcones, incluidos los representantes políticos, instituciones públicas, organizaciones vecinales y a todos los estamentos que quieran sumarse para mostrar su apoyo a Beatriz, la madre de las niñas, y a toda la familia.
Además, se pide a aquellos que en ese momento no se encuentren en su domicilio pero que estén circulando con su vehículo a hacer sonar sus bocinas en señal de apoyo. También han solicitado a los barcos que estén atracados en los puertos canarios o en aguas de las islas a que se sumen con accionando igualmente sus señales sonoras.