La subida en el precio de las viviendas dificulta la vida a muchas personas. Hoy, 8 años después, el primer desahucio paralizado en Madrid vuelve a pender de un hilo.
Es la tercera vez que Anuar, de 62 años, puede quedarse en la calle.
En 2011 fue el primer desahucio que paró la presión popular, cientos de personas se concentraron en la puerta del edificio donde él vivía, para evitar que lo echaran de su casa, que tras quedar en paro no pudo seguir pagando la hipoteca.
Un año después consiguió que le perdonaran la deuda y entregó la casa, fue entonces cuando se fue a vivir a una casa okupa y tras desahuciarle de allí un amigo le dio la llave de la casa donde reside ahora.
Anuar lleva ocupando esta casa dos años, era de bankia, y tras pasar a la Sareb fue vendida a un fondo buitre hace dos meses. "Compran viviendas ocupadas, superbaratas, y al muy poco tiempo después de echar a las familias, las vuelven a vender, entre medias, una ganancia de vergüenza", nos explica una mujer concienciada con el asunto.
El fondo se niega a negociar un alquiler social, repitiéndose así la historia, 8 años después. La presión social ha vuelto a parar el desahucio, aunque Anuar sabe que volverá a recibir la carta de desahucio.