Trastornos como la depresión y la ansiedad están ganando cada vez más fuerza entre la población más joven. Un 5% de los adolescentes españoles ha sido diagnosticado de una depresión y entre el 10 y el 20% tiene problemas de ansiedad. Expertos señalan la pubertad como una de las etapas críticas en las que se originan este tipo de enfermedades mentales y donde hay que actuar 'de inmediato' para erradicar futuras afecciones. Un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge lanzaba una herramienta para predecir los posibles casos de depresión entre los adolescentes.
Los especialistas han instado a los padres a estar especialmente atentos antes llamadas de alerta de profesores, padres y amigos que observen algún tipo de cambio sustancial en la conducta del menor. De esta manera, es importante estar pendiente ante cualquier cambio físico, irritabilidad, falta de apetito, o aislamiento que puedan experimentar los jóvenes. Asimismo, ha indicado la importancia de la labor del pediatra a la hora de desarrollar unas habilidades específicas en el niño en cuestión.
Llamadas de alerta
Un cambio extremo en el estado de ánimo, hipersensibilidad, negativismo, deseo de huir, sentimientos de inutilidad, poco respeto a la autoridad, peleas excesivas, alteraciones del sueño, poca atención al aspecto físico, retraimiento social, disminución de la capacidad para concentrarse y pensamientos de muerte, son factores que deben evitar ser desapercibidos y atendidos con la mayor brevedad posible de un terapeuta especializado.
También se deben tener en cuenta las variables "hereditarias que, de existir, pueden tener un peso importante en el desarrollo de esta patología y, en segundo lugar, tenemos que valorar de manera global la situación personal del adolescente: consumo de sustancias, pérdidas personales significativas, uso excesivo de las redes sociales y de las tecnologías, etcétera que pueden estar ocasionando un aislamiento excesivo", ha destacado el doctor Notario.
Ansiedad: ritmo frenético de vida
La ocultación o silencio en este tipo de trastornos como, por ejemplo, la ansiedad dificulta la labor de diagnostico de los equipos médicos. Entre los motivos que producen estos cuadros de ansiedad, se encuentra el temperamento del adolescente, los sucesos vitales estresantes, los ambientes sociales desfavorables o nocivos y el propio estilo de vida de los padres.
Por este motivo, los estudiosos recomiendan una 'detección temprana' de la enfermedad para una intervención eficaz. "Una vez identificado el problema, el paso siguiente es hablar con el adolescente, que seguramente niegue la problemática. Tendremos que mostrarle conductas concretas que hemos observado, reconocer sus miedos como reales por muy nimios que parezcan a nuestros ojos de adultos y prestarle nuestro apoyo sin críticas, ni juicios de valor que le hagan sentirse censurado", ha argumentado, para aconsejar acudir a la consulta del pediatra para que se realice una exploración profesional en profundidad y, en caso necesario, se derive a la consulta de un psicólogo pediátrico.
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