El pasado 2 de marzo fue el día más feliz de la vida de Lindsey Hubley, tras dar a luz su hijo, Myles.
Un día después de recibir el alta regresó al hospital de Halifax, donde había dado a luz al tener fuertes dolores abdominales, según publicó NyDailynews.
Los médicos le dijeron que tenía un constipado y la mandaron a su casa sin darle mayor importancia.
Poco después, Hubley tuvo que regresar al hospital al día siguiente después que su abdomen adquiriera un color diferente y aumentara el dolor.
Solo así los médicos consideraron que podía ser otra cosa y la diagnosticaron con una 'Fascitis necrotizante', también conocida como gangrena.
A consecuencia de esta infección, la mujer ha tenido que ser intervenida quirúrgicamente varias veces para evitar que la gangrena se extendiera.
Hubley, que ya está fuera de peligro, ha sufrido una histerectomía y amputaciones debajo de los codos y las rodillas.