El juez ha empezado a tomar declaración a los testigos del crimen de los niños de Godella, asesinados por su madre el pasado 14 de marzo. Cuatro informes forenses confirman que la madre sufrió un brote psicótico que le llevó a matarlos.
Tras 4 horas de declaración salía en este coche del Juzgado la abuela de los niños. No ha querido que las cámaras la vieran. Dos meses después de los crímenes cometidos presuntamente por su propia hija, sigue destrozada.
Fue la abuela quien avisó hasta en 3 ocasiones a las autoridades antes del doble parricidio que su hija no estaba bien, que temía por sus nietos. Hoy lo ha recordado ente el juez. Los siguientes en declarar serán los agentes que encontraron a María escondida en este bidón tras el crimen.
El juez tiene ya las conclusiones de los cuatro informes psiquiátricos realizados a la mujer. Todos confirman que sufrió un brote psicótico. Creyó que dios le ordenó matarlos. "Las voces de dios le transmitieron que debía matar a los niños para salvar sus almas y salvarse ella misma", asegura uno de los informes.
A cada psiquiatra le cuenta que los mató de una manera: ahogados, apedrados... Ahora ni siquiera se acuerda. También confesó a los psiquiatras que la perseguía una secta relacionada con las SS nazis. "Es conocedora de una secta, cuyo objetivo es matarla para adquirir su genética…Posee comunicación con Dios, el cual le orienta sobre cómo actuar. Confiesa que Dios le dio poderes. Habla de ser Eva, María Magdalena".
Con un brote psicótico, María podría ser inimputable, aunque el juez ordenaría su ingreso en un hospital psiquiátrico.