Un colegio inundado, coches a la deriva y bajos destrozados. Este ha sido el trágico despertar de los vecinos de Málaga después de una noche de intensas precipitaciones, que han obligado a activar el Plan de Emergencias.
Un desastre que, para desesperación de los vecinos, se gestó de madrugada y que ha dejado una intensa capa de escombros y lodo por los barrios de la ciudad andaluza. El peor parado ha sido el de Campanilla, donde el agua se ha hecho con el 80% de sus calles. Hasta 60 litros por metro cuadrado han caído aquí.
La tromba, junto con el desbordamiento del río, han hecho que en algunos rincones se acumule hasta metro y medio de agua, sin que nadie pudiera impedir que esta entrara a las viviendas.
Unas consecuencias que también han sufrido los servicios de Emergencia en sus propias carnes. Pues los técnicos también tuvieron problemas para acceder a las zonas afectadas.
Ahora, por delante, días de valoración y lamento.