La Almudena, Cibeles, Gran Vía, Ópera… cualquier escenario vale para practicar snowboard. Danny León, deportista madrileño que compite actualmente para ser olímpico en la disciplina de skateboarding en los próximos JJOO de Tokio, se ha levantado este sábado con ganas de sentir la nieve y ha optado por cambiar su tabla de skate por una de snowboard para poder recorrer las calles de la capital teñidas de blanco, aprovechando las nevadas que ha dejado la borrasca Filomena.
Aunque León no ha sido el único en disfrutar de la inmensa estación de esquí en la que se ha convertido la capital. Las aceras y calzadas madrileñas, cubiertas por un manto blanco de más de medio metro de espesor, fueron conquistadas, seguramente por primera vez en la historia, por esquiadores, familias con trineos y tablas de snowboard y cientos de personas más que salieron a pasear, jugar y disfrutar, pese a las recomendaciones de las autoridades de quedarse en casa por seguridad.
La urbe se ha peatonalizado casi por completo, y es tan difícil ver hoy comercios abiertos como vehículos circulando por la ciudad. Tampoco es fácil distinguir los que están estacionados, completamente sepultados por la nieve, como el mobiliario urbano.