“En Canadá hace mucho frío y como medida de precaución para que el agua no se congele en las tuberías por la noche, lo que hacen es añadirle anticongelante. Así que lo que sale de los grifos de las caravanas es agua no potable. Me imagino que llevará algo de anticongelante. El problema es que yo no lo sabía, y me puse tremendamente enfermo”, ha explicado el intérprete de Harry Potter.
Parece ser que Radcliffe era el único que desconocía el componente químico. “Un par de semanas después, cuando fui a beber otra vez un vaso de agua en el tráiler de maquillaje y peluquería todo el mundo se asustó, me dijeron: ‘¿Pero qué estás haciendo? No puedes beber ese agua, es una locura’”, señalaba.
Tras conocer la razón de su malestar, el actor –de 25 años- quiso comprobar si había carteles que advirtieran que el agua no era potable. “Nunca había visto ningún cartel. Después de que me lo dijeran regresé a mi tráiler y me puse a comprobar si había carteles, y no los había. En ningún sitio decía: ‘No bebas agua’. Pero bueno, sencillamente fue un accidente.”
Los hechos han tenido lugar durante el rodaje de su última película de terror-comedia en Canadá, informa Daily Mail.