La noche del 26 de septiembre de 2014 se producía en México una desaparición que marcaba la historia del país. Se perdió la pista a 42 estudiantes de magisterio de un colegio cerca de la Iguala. Según la versión del anterior presidente del país, Enrique Peña Nieto, los estudiantes se dirigían a una manifestación cuando fueron detenidos por unos policías corruptos y entregados a narcotraficantes que los asesinaron e incineraron sus restos en un vertedero basura.
Una investigación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos señalaba un año más tarde con pruebas científicas que los cuerpos no pudieron ser incinerados en ese lugar. El actual gobierno mexicano, encabezado por Andrés López Obrador, ha emprendido búsquedas en unos 200 puntos de interés. La última en el inexplorado vertedero de Tepecoacuilco, muy cerca de Iguala.