El 67 por ciento de los cuidadores de las personas que sufren Alzheimer o demencia son mujeres, de entre 40 y 55 años, residente en al área urbana y que cuida de alguno de sus progenitores, que es quien sufre esta afección, según ha concluido el estudio 'El cuidador en España. Contexto actual y perspectivas de futuro. Propuestas de intervención', desarrollado por la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras demencias (CEAFA) y Fundación Sanitas.
Cada 7 segundos se genera un nuevo caso de demencia a nivel mundial. La prevalencia de esta patología aumenta de forma significativa a partir de los 65 años, multiplicándose por 2 cada cinco, ha destacado la Fundación Alzheimer España. Esto se traduce en que una de cada cuatro personas con más de 85 años padece algún tipo de demencia.
Esta enfermedad afecta tanto al paciente como a su entorno, ya que su autonomía se ve disminuida notablemente y se necesitan unos cuidados especiales. Este cuidado puede desembocar en el síndrome del cuidador quemado, que David Curto, responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, define como el cansancio emocional que "incapacita al cuidador para ofrecer la ayuda que necesita el paciente hasta el punto de llegar a sentir indiferencia por él".
En este sentido, hasta un 70 por ciento de los cuidadores han asegurado tener algún tipo de sobrecarga y un 30 por ciento pone de relieve una sobrecarga intensa. Entre los principales síntomas que pueden indiciar la aparición de este síndrome se encuentran el cansancio, dolores musculares, ansiedad, estrés, tristeza, insomnio o falta de concentración. Frente a estos indicios, la doctora Jesica Sainz, psicóloga de Blua de Sanitas, ha recomendado acudir al psicológo para aprender a gestionar las emociones con el fin de ofrecer la mejor al paciente con demencia.
Para evaluar esta afección existe una prueba psicométrica gratuita en Internet, llamada la escala de Zarit, que permite conocer el estado de cada cuidador a través de 22 preguntas. Si el resultado del test se sitúa entre 55 y 56 significa que la sobrecarga a la que se enfrenta al cuidador es intensa, "lo que no es favorable ni para la salud del cuidador ni del enfermo", ha señalado Curto.
Para hacer frente a estas situaciones el equipo de Sanitas ha recomendado seguir un plan de autocuidado diario en la que estén planificados los momentos de descanso, los cuidados personales y los espacios para relacionarse con los amigos y la familia. Del mismo modo, han puesto de relieve la "importancia" de dormir bien y realizar ejercicio de forma regular.
"Establecer momentos de descanso y mantener sus aficiones es recomendable para mantener un buen estado de ánimo, ya que al realizar actividades que no sean exclusivamente del cuidado de la persona favorecemos una mejor gestión emocional. Tenemos que ser conscientes de que, para ser capaces de cuidar a otra persona, primero debemos cuidarnos a nosotros mismos", ha concluido la doctora Sainz.