La investigación sigue trabajando para esclarecer las causas en que se produjo la muerte de Esther López, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el sábado por un transeúnte, 24 días después tras declararse su desaparición el 12 de enero. Con numerosas incógnitas todavía por resolver, la autopsia es clave para establecer la causa de la muerte.
A la espera de una conclusión definitiva, según informa el medio El Norte de Castilla, el primer análisis forense apunta a que el cuerpo de Esther sí presenta signos de violencia, algo que en un primer momento no parecía así tras la inspección visual.
En este contexto, su muerte se situaría en torno al día de su desaparición, durante la madrugada al 13 de enero, según fuentes de la investigación citadas por el medio.
Concretamente, el cuerpo presenta signos de violencia compatibles con traumatismos sufridos antes del fallecimiento, si bien la autopsia aún no ha terminado y hay que esperar a las conclusiones definitivas.
Esos traumatismos que el forense no vio a simple vista los ha visto el TAC, pero de momento no explicarían la muerte, por lo que se aguarda al resto de análisis toxicológicos para saber qué paso: si fue una muerte violenta homicida o accidental.
Tras 24 días de búsqueda, con rastreos y batidas periódicas, en las que se usaron drones y participaron voluntarios, especialistas, perros de la unidad canina y hasta buzos, el cadáver de Esther López fue encontrado “en superficie” en la zona de La Carrascosa, finca próxima al polígono Tuduero, junto a la carretera N-122, a unos tres kilómetros del casco urbano del pueblo y a 100 metros del punto desde el que arrancaron algunas de esas marchas para localizarla.
Además, en ese tiempo se registraron los vehículos y el entorno de los principales sospechosos, Ramón ‘El Manitas’, –en libertad con cargos, teniendo que presentarse cada día en un cuartel de la Guardia Civil,– su amigos Óscar, –investigado–, y Carlos, –al que interrogaron en varios ocasiones–, quienes presuntamente la vieron por última vez.
Por todo ello, sorprende que todos esos expertos y todos esos voluntarios que peinaron las inmediaciones no encontrasen antes el cadáver en un lugar tan visible; en esa cuneta a la entrada de Traspinedo, Valladolid. Al propio transeúnte que encontró su cuerpo sin vida, como a otros tantos que pasan por la zona, también les extraña que no lo hubiesen visto antes. Se hubiesen dado cuenta si estaba ahí, creen, y por todo eso crecen las sospechas que apuntan a que alguien pudo trasladar el cadáver ahí horas antes de que lo encontraran.
“Yo creo que sí, que lo han trasladado”. “Seguro que ha sido esa misma noche”. “El cuerpo no estaba ahí”. “Incluso con el coche se tenía que haber visto”. “Se ha puesto ahí, no hay más”, señalan distintos vecinos, pero las batidas se hicieron en dirección contraria, hacia el río, no hacia el pueblo, y la aparición de la mochila de Esther con el móvil hacen complicada la tesis de que un asesino la depositara después con el teléfono, porque gracias a él sabrán dónde estuvo hasta las 6 de la mañana que se apagó.
Los investigados que estuvieron con ella dicen que se bajó del coche ante el restaurante ‘La Maña’, a 300 metros, porque ellos se iban a dormir y viven cerca, y Esther pudo caer camino de su casa, pero también pudo morir antes y su cuerpo pudo ser abandonado para tener una coartada.
En ello serán también clave las conclusiones definitivas de la autopsia, mientras los investigadores tratan de reconstruir lo sucedido.
El cuerpo de Esther estaba boca abajo, con el abrigo puesto, la ropa sucia y helado, como la hierba que lo rodeaba por las bajas temperaturas. Los investigadores están analizando las fibras de esa ropa por si pueden indicar que proceden, por ejemplo, del maletero de un coche.
De 35 años, Esthér López desapareció el 12 de enero y era buscada desde que sus padres presentaran denuncia el pasado día 17, después de que no diera señales de vida tras haber estado la noche de su desaparición viendo en un bar del pueblo el partido de la Supercopa entre el Barcelona y el Real Madrid y luego continuara la fiesta con unos amigos en casa de uno de ellos y más tarde en unas bodegas.
Esa era la versión que habían facilitado las dos personas con las que estuvo esa noche antes de que se le perdiera el rastro: Óscar y Carlos, dos vecinos de Traspinedo, que viajaron con ella en el coche del primero de regreso a casa y que, según relataron entre algunas contradicciones, se detuvo ante el restaurante La Maña.
En el relato ofrecido, Carlos se apeó del vehículo para ir a su casa y luego Óscar y Esther discutieron porque, según manifestaron, ella quería seguir de fiesta y él la dejó en las inmediaciones, sin que se volviera a saber nada más de la mujer en los últimos veinticuatro días.
Desde entonces, las investigaciones se centraron en ambos vecinos y también en un tercer investigado, Ramón G. 'El Manitas', pesquisas en las que la Guardia Civil, además de rastrear el municipio mediante batidas, había tomado muestras de la vivienda del tercero y de los vehículos de éste y de Óscar, sin resultado positivo. Además, se había centrado también la investigación en los teléfonos de todos ellos y de la víctima.
El único de los investigados que había permanecido privado de libertad es 'El Manitas', cuya detención hubo de prorrogarse durante otras 72 horas, aunque finalmente la titular del Juzgado de Instrucción número 5 le dejó en libertad provisional ante la falta de pruebas que atestiguaran su implicación en los hechos.
Con esto en cuenta, los agentes trabajan en saber qué hizo Esther López las últimas horas antes de desaparecer de madrugada. Óscar contó que discutieron y que ella se bajó de su coche enfadada en un bar. Sin embargo, él no durmió donde dijo y, aunque en su coche no se ha hallado nada, a los investigadores les llamó la atención que el vehículo estaba demasiado limpio, sin una mota de polvo. Por otro lado, Carlos contó que se bajó del coche donde iba con Óscar y Esther cerca de su casa, y sus hijos han asegurado que durmió con ellos.
En la jornada de este lunes, entre tanto, 'El Manitas' se ha personado en la Comandancia de la Guardia Civil, en la Avenida de Soria de Valladolid, acompañado de su abogada para recoger su vehículo, un BMW oscuro, después de que la recogida de muestras y su análisis en el Laboratorio de Criminalística del Instituto Armado no dieran resultado positivo en cuanto a su incriminación en la desaparición de Esther.
Por otro lado, el pasado sábado la Guardia Civil volvió a inspeccionar durante unas horas el turismo de Carlos, después de que solicitaran las llaves del mismo y el propietario se las cediera sin siquiera consultar a su abogada, tal y como señala Europa Press.
Mientras continúan los trabajos, la localidad vive ya este lunes el segundo de los tres días de luto oficial decretados el domingo por el Ayuntamiento en sesión de pleno.