Roni ha muerto en una cárcel de Ecuador donde estaba preso desde hace dos años. Ahora, su familia no puede asumir el coste de repatriar sus restos mortales. Traer su cadáver a España cuesta 10.000 euros y tienen cuatro meses para hacerlo. Si les mandan los restos incinerados les cuesta 900 euros y si el entierro es en Ecuador les sale gratis.