Mucha gente podría decir que los dibujos que esta rusa de 30 años, Dasha Voronova, se ha tatuado en su cuerpo, parecen sacados de un cuaderno de cualquier adolescente que se aburre en las clases del instituto. Pero Dasha afirma que todo aquella tinta que adorna su piel es “arte”
Es la propia Dasha quien se ha tatuado, frente a un espejo y sin ningún tipo de cuidado, ya que algunas partes son muy delicadas, como en la zona de la sombra de ojos.
En el diario Red Hot Russia, la joven afirma convencida: “Siempre he sido una persona especial a quien le gusta impresionar a los demás. Quería tener una profesión inusual y tratar de encontrarme en el campo de la psicología. El primer tatuaje que me dibujé fue un gato en mi brazo y después otros animales. He elaborado mi propio sistema llamado gráficos de planta”
“Comencé a tatuarme yo misma porque no tenía dinero para pagar a un tatuados profesional. A los hombres les encanta lo exótico, muchas veces me paran en la calle”